Countries temáticos: los barrios cerrados se reinventan

Lentes tornasolados, bigote don Ramón y la bandera uruguaya tatuada en el bíceps, Asbel Barrios señala la laguna turquesa de cinco hectáreas que se despliega frente a él y dice: "Es un Ecuador a 40 minutos del Obelisco".

Barrios es guardavidas de esta micro costa artificial abierta en pleno conurbano sur, en el municipio de Canning, una de las zonas más pujantes en el negocio actual de los countries. A la sombra de un típico puesto caribeño de instrucción náutica, con troncos hundidos en la arena, el bañero contempla a la pareja que surca en kayak la pileta gigantesca y a una chica que toma su primera clase de windsurf.

Es sábado a la tarde y a un costado hay chicos que juegan un picadito con arcos marcados con ojotas. En la orilla opuesta, delante de un fondo rural inabarcable, un par de obreros echan paladas de arena sobre una franja de tierra removida. Están construyendo la segunda de las cuatro playas que tendrá este barrio de 270 hectáreas, con un balneario privado de estética tropical insertado en un paisaje de urbanidad en proceso.

"Todo lo que hacemos intenta que la gente realmente se crea que está en la playa", dice Osvaldo Lovero, gerente de Castex a cargo de la comercialización de este emprendimiento llamado Terralagos. "Tenemos que armar ese cuento", agrega.

En una nueva etapa de estos desarrollos inmobiliarios en el Gran Buenos Aires, el segmento de los barrios cerrados decidió potenciar su aspecto escenográfico.

Montando decorados idílicos remiten a geografías remotas y anheladas por una clase media que empuja el crecimiento de la suburbanización privada. Según indica Jorge Juliá, presidente de la Federación Argentina de Clubes de Campo (FACC), el último censo registró 1400 predios en todo el país, en los que se edificaron más de 120.000 casas. Una población total que supera los 400.000 habitantes.

El fenómeno de los countries, surgido en los años 70 (aunque hubo dos casos pioneros: el Tortugas, de 1930, y Mapuche, fundado en 1963), empezó con el modelo de casa de fin de semana que dominó hasta los 90, y se convirtió en refugio de tormenta para los sectores medios que sobrevivieron a la crisis: en 2005 se contaban 125.000 habitantes en barrios cerrados, y ya el 63% lo usaba como vivienda permanente.

En los últimos diez años la tendencia se multiplicó y generó megaproyectos como Nordelta, microciudades que buscan generar su propia centralidad. Los suburbios premium comenzaron a incluir servicios internos de la vida urbana...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR