Coronavirus en la Argentina. Por qué no se difunden los nombres de las víctimas

A diario, las autoridades sanitarias difunden la cantidad de víctimas del nuevo coronavirus pandémico. Una lista que permite saber si eran mujeres o varones, qué edad tenían y en qué provincia vivían o fallecieron. . ¿Por qué son anónimos? ¿Por qué se los pueden identificar solo cuando sus familias lo autorizan? ¿Por qué no lo puede hacer la autoridad pública que concentra esos datos asociados con la salud?LA NACION le planteó estas, entre otras preguntas, a un abogado y un bioeticista cuando la desconfianza social en las estadísticas oficiales se combina con funcionarios que apelan a la protección de los datos personales y el secreto estadístico para evitar brindar información pública en una emergencia sanitaria, como es una pandemia.Difundir los fallecimientos o el avance de los contagios por municipios, barrios y hasta manzanas con la precisión de la tecnología disponible, por ejemplo, ayuda a que la población refuerce a tiempo las medidas de prevención o advierta del nivel de riesgo al que está expuesta."Se entiende que, ante una enfermedad desconocida y el temor que genera, dar a conocer nombres podría generar un efecto negativo en contra de sus familiares y demás allegados, que podrían ser discriminados e incluso sufrir agresiones (recordemos que muchos profesionales de la salud fueron agredidos por ser tales y trabajar con pacientes con Covid-19). Entonces, la confidencialidad en la información es fundamental para el manejo de casos sospechosos, confirmados y fallecidos", explica Luis Guillermo Blanco, abogado y colaborador del Diccionario Enciclopédico de la Legislación Sanitaria Argentina (DELS).Ante la consulta de LA NACION, desde el Ministerio de Salud de la Nación, argumentan: "Hay una ley de protección de datos personales que debemos cumplir".Esa norma es la ley 25.236, que califica como "dato sensible" la información sobre la salud. A la vez, la norma permite que el Estado la comparta cuando "sea necesario por razones de salud pública, de emergencia o para la realización de estudios epidemiológicos" con una condición: preservar la identidad de los titulares de esos datos a través de un procedimiento de disociación de la información. Esto la vuelve anónima, pero disponible."Se trata del respeto de la privacidad en orden a no ser objeto de discriminación u otros actos de vulneración de derechos", precisa Juan Carlos Tealdi, que es director del Comité de Ética y del Programa de Bioética del Hospital de Clínicas. "Las personas y...

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