Compleja relación entre el poder y la Iglesia

Más allá del respeto por su muerte, amores y desencuentros despierta la figura de Néstor Kirchner en la Iglesia de Santa Cruz. Fuentes eclesiásticas confiaron a LA NACION que mientras la mitad del clero acompaña los críticos pronunciamientos del obispo de Río Gallegos, monseñor Juan Carlos Romanín, que se ha enfrentado reiteradamente con los gobiernos que sucedieron a Kirchner en la provincia, la otra mitad se siente cercana a la política kirchnerista.La Iglesia en Santa Cruz reúne unos 50 sacerdotes y 30 parroquias, además de otras capillas y unos 30 colegios privados. Muchas obras parroquiales y educativas han sido beneficiadas con programas y subsidios a partir de la relación personal que Kirchner y su círculo íntimo -su hermana Alicia y la presidenta Cristina- han entablado con sacerdotes de la región. Los casos más notorios son los padres Lito Alvarez, párroco de la iglesia Santa Teresita de El Calafate, que asistió a la Presidenta los últimos días; Sergio Soto, que llegó a Río Gallegos en marzo, luego de nueve años en Río Turbio, y Juan Carlos Molina, que conduce una fundación y obras asistenciales en Caleta Olivia. Los tres tuvieron un papel relevante en las exequias.Monseñor Romanín, por el contrario, se ausentó de la provincia y realizó una visita pastoral a Tierra del Fuego. Ocho días antes de la muerte del ex presidente, el obispo reclamó por escrito al gobernador Daniel Peralta que cumpliera el fallo de la Corte y repusiera en su cargo al ex procurador Eduardo Sosa...

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