Cómodos

Fanatizarse por la camiseta funciona con el fútbol. La política es otra historia

Las posturas políticas radicalizadas tienen una ventaja sustancial respecto de otras escuelas de pensamiento. Son confortables. Convierten la realidad, que abruma al estadista y al filósofo con sus infinitas sutilezas, en una fotocopia basta. En sus folletines de cuarta hay buenos y malos. Eternos culpables e inocentes de pureza inmarcesible. Las acciones para resolver los problemas de la Nación son, por lo tanto, claras y distintas. No se permiten la duda, que es cosa de enemigos de la Patria (o de la Causa, del Pueblo o de Lo Que Sea), y, todavía más interesante, el fin justifica los medios. Porque el fin es de un orden superior, trascendental y, si uno pregunta un poco, inalcanzable. Ideal. Utópico. Por eso es...

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