Clara ratificación del rumbo de Lula

RIO DE JANEIRO. Con la victoria clara y contundente de Dilma Rousseff, los brasileños confirmaron ayer el rumbo político y ratificaron el modelo de crecimiento económico y desarrollo social diseñado por Luiz Inacio Lula da Silva, que en los últimos ocho años ha llevado al país a posicionarse como una potencia internacional emergente.Si en la primera vuelta de las elecciones los votantes hicieron un llamado de atención al presidente, haciéndole notar su descontento por los escándalos de corrupción en el gobierno que salpicaron a su designada heredera, ahora otorgaron a Rousseff un firme mandato para seguir avanzando por el camino correcto. Quieren mantener su economía pujante e insertada en el mundo; quieren un Estado fuerte que siga reduciendo las tremendas desigualdades sociales que todavía existen, y quieren también que sus extraordinarios recursos sean mejor y más honestamente administrados.En estos ocho años de gobierno de Lula, Brasil cambió, y mucho. Gracias a la bonanza económica y a los planes sociales, unos 23 millones de personas salieron de la pobreza, mientras que 32 millones ascendieron a la clase media, que hoy es mayoritaria. Y con el carisma y protagonismo internacional del presidente, Brasil se instaló como un jugador clave en la escena de la política mundial.En parte por todo eso, los brasileños aceptaron que Lula eligiera a dedo a quién le traspasaría la faja presidencial el 1º de enero próximo, aun cuando Rousseff era una funcionaria virtualmente desconocida para la mayoría del país antes de la campaña. Confiaron en el criterio de Lula, que creyó que ella sería la más indicada para garantizar la continuidad del modelo.Ahora, a la nueva mandataria electa se le presenta su primer gran desafío: construir una identidad política propia. Lula ya no estará detrás de ella para promoverla, ayudarla y defenderla. Rousseff deberá demostrar que puede caminar con sus propias piernas.A diferencia de lo que sucedió con Lula, el panorama político que tiene por delante le es muy favorable: la coalición electoral que la llevó al poder tiene una amplia mayoría en ambas cámaras del Congreso. En la Cámara de Diputados, el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) es la primera fuerza y en el Senado, la segunda.Sin embargo, Rousseff deberá ejercer con cuidado la articulación política dentro de su heterogénea coalición, en la que cada uno de...

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