A cien años de la Reforma Universitaria
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R F, V. IX N° 1 N S II (2018) 261-279
A cien años de la Reforma Universitaria
Maniesto de la Federación Universitaria de Córdoba – 1918 (21 de junio de 1918)
“Hombres de una república libre, acabamos de romper la última cadena que en
pleno siglo XX nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Hemos
resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde
hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que
nos quedan son las libertades que nos faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias
del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo
una hora americana.
La rebeldía estalla ahora en Córdoba y es violenta, porque aquí los tiranos se ha-
bían ensoberbecido y porque era necesario borrar para siempre el recuerdo de los contra-
revolucionarios de Mayo. Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los
mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y -lo que
es peor aún- el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron
la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así el el reejo de estas
sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovili-
dad senil. Por eso es que la Ciencia, frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silencio-
sa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre
sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida
en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan
a mediocrizar la enseñanza, y el ensanchamiento vital de los organismos universitarios
no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revolucionaria.
Nuestro régimen universitario -aún el más reciente- es anacrónico. Está fundado
sobre una especie del derecho divino: el derecho divino del profesorado universitario. Se
crea a sí mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La Fede-
ración Universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que
en ello le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el
‘demos’ universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica princi-
palmente en los estudiantes. El concepto de Autoridad que corresponde y acompaña a
un director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios, no solo puede apo-
yarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la substancia misma de los estudios. La au-
toridad en un hogar de estudiantes no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando:
Enseñando. Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende,
toda enseñanza es hostil y de consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga
obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una paz fecunda en el artículo
conminatorio de un reglamento o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen
cuartelario, pero no a una labor de Ciencia. Mantener la actual relación de gobernantes
a gobernados es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben
CRÓNICAS E INFORMACIONES*
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Reseña realizada por la Prof. Carla Saad con el aporte de distintas Secretarías de la Facultad..
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