CGT: los gremios prefirieron faltar a la cita en el Congreso

Desde que Mauricio Macri llegó al poder, se terminó la rutina sindical de reunirse a primera hora en la confitería Casa Blanca antes de ocupar algún palco del Congreso. Surcada por una crisis interna que se mantiene al rojo vivo, la CGT le dio otra vez la espalda al Presidente en la inauguración del año legislativo. Como sucedió el año pasado, no hubo dirigentes aliados ni enemigos. Nadie.

La ausencia de la cúpula de la CGT no fue casual. Sin información previa sobre los ejes del discurso, los dirigentes más cercanos al oficialismo evitaron quedar ligados a una eventual mención sobre las mafias sindicales o a las protestas de .

Pero nada de eso ocurrió. Apenas hubo una referencia presidencial a la paritaria docente, en la antesala de un posible paro nacional de maestros y con la negociación salarial empantanada en casi todos los distritos del país.

"No queremos que hagan política con la educación", apuntó Macri, esta vez sin dar nombres propios, como sí lo hizo el año pasado al dedicarle una chicana al kirchnerista .

Con tono conciliador y una premeditada omisión sobre los temas que generan rispideces con los gremios, como la apertura de las importaciones, el nuevo régimen jubilatorio y la baja en los costos laborales, Macri reimpulsó el proyecto de blanqueo laboral, que prefirió denominar de "inclusión". Apuesta a reducir la informalidad, que alcanza hoy a uno de cada tres argentinos con empleo.

A favor y en contra

El blanqueo laboral cuenta ya con el respaldo de una amplia mayoría de la CGT.

Pero no de todos. "Sería una irresponsabilidad no resolver el tema. Ningún empresario va a registrar hasta que esto no se defina", dijo a LA NACION un jerárquico de la central peronista que mantiene buen diálogo con el gabinete macrista. Y justificó el faltazo gremial al Congreso: "El discurso es exponente de la nada misma por el contenido político. Tenemos diferencias económicas y no somos parte de este gobierno".

Coincidió con el diagnóstico otro líder gremial, cercano al moyanismo. Y , que asistió en calidad de diputado, señaló: "El Presidente no tuvo autocrítica y presentó pocos datos económicos. Cuando mencionó el 11% de crecimiento en inversión, olvidó decir que el 85% es timba financiera. Empeoraron el déficit, la inflación, la deuda, el trabajo no registrado, el impuesto a las ganancias".

Sobre el cierre de una presentación de 45 minutos en la que las alusiones al movimiento obrero fueron fugaces y casi mínimas, Macri retomó la huella...

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