Cautela e inquietud en la embajada

Hermetismo, cautela, prudencia. La embajada norteamericana en Buenos Aires, que conduce Vilma Socorro Martínez, se sumió ayer en un elocuente mutismo luego de las revelaciones de WikiLeaks acerca de los comentarios y las evaluaciones políticas y personales de la diplomacia de Estados Unidos sobre las administraciones de Néstor y Cristina Kirchner.Voceros y contactos de prensa con teléfonos cerrados y funcionarios de altos rangos que no quisieron siquiera conversar informalmente del tema con miembros de la diplomacia argentina fueron algunas de las reacciones de la jornada de ayer, al calor de los cables reservados que se ventilaban en los portales."Hay un extremo cuidado, y lo habrá mucho más de ahora en adelante? no se pueden permitir ni un paso en falso", interpretó, lacónico, un miembro de la diplomacia argentina ante La Nacion.No hubo ayer ningún contacto oficial con la embajada, de acuerdo con lo explicado formalmente por la Cancillería, que conduce Héctor Timerman, ante una consulta de este diario. La actividad de la embajadora Martínez tampoco trascendió puertas afuera del palacio que ocupa en la Avenida del Libertador.Unas pocas palabras de forma que calcaron el comunicado emitido anteayer por la embajada fueron pronunciadas por la vocera de esa representación diplomática, Shannon Farrell, al canal C5N. Dijo que los cables diplomáticos sólo reflejan un "análisis interno" de la embajada y...

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