El caso de Marita Verón y la trata de personas

Dieciséis meses después de los vergonzosos sobreseimientos de todos los acusados, el Poder Judicial de Tucumán finalmente dictó diez condenas de prisión - - por el secuestro y el sometimiento a la prostitución de la joven María de los Ángeles (Marita) Verón.La sentencia deja un , como el que reflejaba el rostro de la madre, Susana Trimarco, cuando concluyó la audiencia. La sensación de que 12 años después del secuestro de su hija se había enderezado la aberración en que había incurrido la Sala II de la Cámara Penal de Tucumán hace casi un año y medio. Luego, la Corte Suprema de Justicia de esa provincia revisó la causa y resolvió las condenas de los acusados, cuyos montos estableció la Cámara Penal de Tucumán.La dolida madre, al término de la audiencia, se declaró conforme aunque "esperaba mucho más". Añadió que seguirá "luchando hasta el día en que sepamos qué hicieron con Marita", como antes luchaba por rescatarla de las redes de prostitución de La Rioja y Tucumán en las cuales se perdió su pista. Algunos de los condenados habrían integrado esas redes.Mientras tanto, dos de los jueces de aquel tribunal que había resuelto los sobreseimientos presentaron sus renuncias para iniciar sus trámites jubilatorios y, de esa manera, eludir los juicios políticos que se habían pedido en contra de ellos.Sin embargo, en el juicio de 2012, en el que los acusados se dieron el lujo, con absoluta cobardía, de burlarse de la hija de Marita Verón, hubo testimonios muy valiosos y valientes brindados por varios de los 130 testigos, que permitieron al país hacerse una idea del enorme poder y extensión de las redes de trata de personas y prostitución, de sus complicidades con las fuerzas policiales, con integrantes de las fuerzas políticas y también de la Justicia.Ya antes de aquel juicio, la esforzada labor de Susana Trimarco en busca de Marita permitió conocer las primeras imágenes de aquel infierno, pues buscando a su hija logró la liberación de otras jóvenes que también habían sido secuestradas y sometidas al ejercicio obligado de la prostitución con el auxilio de drogas que doblegaban su resistencia.Hablamos de una de las formas más crueles de la criminalidad organizada y, como dijimos, una de las más poderosas. En nuestro país se avanzó un poco en la lucha contra estas redes, pero es mucho aún lo que falta por hacer, mientras sobran los discursos huecos. ¿Cómo puede explicarse el hecho de que, pese a estar aprobada, la ley que pena la trata...

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