Cartas de los lectores

Suba de la luz

Pensar en el país

Frente a la emergencia energética que vive nuestro país, como consecuencia de las erróneas políticas seguidas por el anterior gobierno, y cuyas consecuencias debe soportar la generalidad de la población -en particular los sectores económicamente más vulnerables-, sugiero asumamos una conducta solidaria a nivel nacional para atenuar sus efectos. No se trata sólo de que individualmente cada uno de nosotros pague menos disminuyendo -en la medida de lo posible- su consumo. Se trata también de que adoptemos prácticas austeras del uso de la energía, con el pensamiento puesto en quienes sufren hoy cortes de luz en el país, y en igual sentido con respecto al gas en invierno. Pensemos en el país, que debe afrontar esta emergencia, y en nosotros mismos, tomando conciencia de que uniendo nuestros esfuerzos saldremos más rápidamente de esta crisis.

Propongo dos prácticas sencillas para cada hogar, al margen de las ya conocidas: utilizar el lavarropas solamente con agua fría y usar el planchado de la ropa sólo excepcionalmente. La unión de millones de pequeñas conductas cada día ahorrará padecimientos a miles de compatriotas y acortará el tiempo del sacrificio emprendido.

Horacio M. Malaurie

DNI 4.521.746

Falta comunicación

En estos días hay fuertes aumentos en las tarifas eléctricas (esperables por la falta del ajuste correspondiente por parte del gobierno anterior) y hay despidos en la administración nacional (esperables por haber sido nombrados por favoritismos políticos por el gobierno anterior) que nos impactan como ciudadanos en una sociedad confundida y con cierto temor al futuro. Pido al Presidente o a algún miembro de su equipo que busquen inspiración en Churchill para comunicar, inspirar y obtener el apoyo necesario para los duros meses que se vienen. Más de la mitad de la ciudadanía está seguramente dispuesta a apoyar, pero hace falta comunicar la visión y la razón de ciertas acciones de gobierno que sin duda son duras para grandes sectores de la población. Churchill pidió a su pueblo en los días más oscuros de la Segunda Guerra Mundial "sangre, sudor y lágrimas". No creo que se necesite tanto; creo que se necesita comunicar en forma clara y directa que harán falta "mucho sudor y alguna lágrima" y que finalmente sin sangre encontraremos el camino para salir adelante y lograr suturar la herida de la grieta instalada en nuestra sociedad.

Hernán Torres Carbonell

DNI 11.043.477

Acampes

Debo confesar que me tienen...

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