Campaña negativa oficialista, con ayuda opositora

Agustín Rossi, Sergio Massa, Alberto Fernández y Cristina Kirchner, en la inauguración del gasoducto Néstor Kirchner

El comienzo formal de la campaña electoral en los medios de comunicación trajo menos sorpresas que confirmaciones de hipótesis y presunciones . Los mensajes negativos contra los adversarios les ganan por goleada a las propuestas en las primeras acciones. Y en ese terreno el oficialismo arrancó con ventaja.

La asimetría de la disputa interna en las PASO de Unión por la Patria, entre Sergio Massa y Juan Grabois, les facilita la tarea a estrategas y precandidatos oficialistas para la construcción de su narrativa, a pesar de la crisis económica y la insatisfacción social que lo golpean .

Los spots de UP sobreactúan la aparente, precaria y electoralista unidad, tras el caótico cierre de listas, frente al encarnizado enfrentamiento que se registra en el interior de Juntos por el Cambio , entre los sectores que se alinean detrás de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.

Así, aunque no pudieron disimularse incomodidades y ninguneos mutuos, la inauguración formal del Gasoducto Néstor Kirchner , que, al fin, logró reunir ayer al presidente Alberto Fernández , a la vicepresidenta Cristina Kirchner y al ministro precandidato Massa , fue la consagración de las piezas propagandísticas lanzadas por el sector mayoritario (u oficial) de la UP.

Se trata de amables tráileres de presentación en los que los representantes de las distintas facciones comparten sonrisas y actúan empatía con ciudadanos comunes de la "patria". Massa ; su compañero de fórmula, Agustín Rossi , que atenúa lejanías con el universo kirchnerista, y el camporista jefe de campaña Eduardo de Pedro son los protagonistas, obviamente no en su función de ministros, sino en el papel de candidatos.

Se trata de un aperitivo para concentrar energías en discursos en los que predomina la instalación del miedo a cualquier cambio que propongan o representen sus rivales externos, a los que se demoniza como gestores de un plan de exclusión y represión.

Es esa la herramienta elegida para disimular la imposibilidad de defender la obra de un gobierno fallido, del que nadie se hace cargo. La idea fuerza del oficialismo podría ser "ni continuidad ni cambio" . Puro statu quo. No toquen nada, que todo puede romperse. No importa que suene demasiado conservador para un proyecto que alguna vez quiso ser visto como revolucionario. Tiempos de austeridad y signos de fin de ciclo.

En el horizonte...

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