Los caminos de River al gol

Si algún rasgo define el estilo de River es la generosidad ofensiva. Es una ambición a tiempo completo, dura los 90 minutos, no se satisface con la mínima diferencia ni especula con el resultado. River siempre va por un gol más, es su mayor y mejor aporte al espectáculo. Podrá jugar mejor o regular, pero de sus partidos no se podrá decir que son aburridos, chatos, mezquinos. Es el equipo del momento porque materializa sus intenciones. Con 28 goles en 13 fechas (promedio de 2,15 por partido), River es el más productivo del torneo, con cuatro tantos más que Independiente. En ningún partido se quedó en cero y el único penal que tuvo lo desperdició (Mora ante Boca).

¿Hay alguna fórmula que se repita en los goles del puntero del torneo? La mayoría de sus conquistas responden al juego asociado, con circulación rápida, ocupación del ancho de la cancha y llegada al área para la definición. Si bien River es estéticamente vistoso, no peca de preciosista ni barroco; va más por la vía de la contundencia, no le rehúye a la pelota larga y está muy atento a la segunda jugada, al despeje o el rebote.

Son movimientos que involucran a varios jugadores, con proyección de los laterales: Vangioni tiene dos asistencias (goles de Teo Gutiérrez a Rosario Central y de Sánchez a Godoy Cruz) y Mercado, una (Teo a Defensa y Justicia).

La excepción son los tantos de contraataque. Sólo contabiliza uno: de Mora a Independiente tras un pase largo de Tomás Martínez. En lo referente al juego directo se encuentra una peculiaridad: tres tantos surgieron de saques largos del arquero, en los que mediaron fallas defensivas rivales. El más reciente es el de Rojas en Rafaela; de los pies de Barovero también provino el que hizo Teo ante Godoy Cruz, y...

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