Caminatas sónicas: una experiencia diferente para percibir la ciudad

Luz roja en el semáforo de la avenida Sarmiento, frente a La Rural. Una decena de vehículos deja lugar al paso peatonal. Como no llega a cruzar, Constanza se detiene en la vereda del zoológico. Espera en silencio, concentrada en aquello que la rodea. De repente, el tránsito queda habilitado para los rodados y ese sonido de motores que aceleran a la vez para desaparecer metros más adelante asombra a la mujer.

"Ese momento fue muy lindo. No juzgué el sonido, sólo me dejé llevar por él hasta que terminó", dice Constanza Moltedo apenas finalizada la actividad "Caminar y escuchar", organizada por el compositor Ulises Conti, prolífico artista sonoro argentino, y la galería de arte Otero. Se trata de una experiencia grupal cuyo objetivo es concentrarse en los sonidos que devuelve la ciudad sin hacer una evaluación moral de aquello que se oye. "No hay sonidos feos ni lindos", enfatiza el músico.

El grupo parte desde Plaza Italia, en Palermo. Una veintena de personas comienza a desandar un camino caracterizado por la introspección. Hay una premisa clara: no se puede hablar. Desde ya, nadie lleva puestos auriculares. Ninguno de los participantes sabe cuál es el destino final del paseo: sólo basta con concentrarse en los sonidos del exterior. A la gente que mira desde afuera le llama la atención y posa su mirada sobre la comitiva.

Es inevitable percibir el constante andar de los vehículos, sobre todo en las avenidas. Esa melodía unísona se interrumpe cada tanto cuando un rodado pisa una lata tirada sobre el asfalto o algún automovilista frena de golpe. En sólo 20 minutos de caminata varias sirenas de emergencia sonaron. Pareciera que tres ambulancias asisten a alguna eventualidad.

Conti es algo así como un guía. Traslada al grupo a la plaza Francisco Seeber. Otra es la "música" que por allí acompaña a los participantes de la actividad. En medio del silencio que otorga la naturaleza es fácil oír conversaciones ajenas, el canto de los pájaros y el andar cansino de algunos de los concurrentes sobre los senderos de piedra que cruzan el parque. Hay alguien que apenas levanta los pies para caminar. A metros del grupo, un joven le susurra a una adolescente "te quiero" y la declaración que trasciende a la pareja.

Carolina Gulias es una de las personas que se mueven en bloque. Apenas conoce a un par de integrantes del grupo, pero igual se siente "contenida". Concentrada en cada sonido, advierte que el ruido del ferrocarril Mitre le resulta "triste". Varias...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR