Boca ya no es un equipo de Falcioni

Muchas veces las imágenes hablan más que mil palabras. ¿Qué haría usted si su equipo, luego de estar perdiendo 3-1, se pusiera 4-3? ¿Festejaría? ¿Aprovecharía para dar alguna indicación puntual? Tras el gol de cabeza de Pablo Ledesma a Independiente, en la Bombonera, Julio César Falcioni se preocupó por levantar un cartel de publicidad que estaba pegado al banco de suplentes, caída producida por la explosión en los gritos de desahogo que hubo entre los posibles reemplazos y el resto de los integrantes del cuerpo técnico de Boca. Sí, hoy da la sensación de que el entrenador no disfruta ni siquiera en los momentos más favorables.¿Qué le pasa a Boca? ¿Es normal que dé vuelta un partido que perdía 1-3 y luego lo pierda 5-4? ¿Es común que en tres partidos seguidos le hagan goles antes de los 10 minutos? ¿Era probable, no hace mucho, que un encuentro que ganaba 2-0 se lo empaten? Puede haber muchas razones para explicar la actualidad xeneize: el bajo nivel de varios de los integrantes de la columna vertebral, la seguidilla de partidos, un bajón lógico tras la conquista, que los rivales saben cómo jugarle y se animan a atacarlo más. Sin embargo, el principal motivo es que Boca juega distinto.La diferencia no es que Schiavi empezó a fallar; tampoco que Somoza llegó tarde a un cruce, menos que físicamente sienten el cansancio. La diferencia es que Boca se para distinto, propone un juego mucho más ofensivo a lo ancho y a lo largo del campo de juego.¿Cuáles eran las virtudes que más se le destacaron al campeón del Apertura 2011? La personalidad para asumir un libreto y respetarlo desde el primero al último integrante del equipo; la solidez defensiva (una vez que hacía un gol, difícilmente le empataban); lo bien que le hicieron los refuerzos de Orion y Schiavi; la influencia de Riquelme y la capacidad del equipo para arreglárselas sin él gran parte del campeonato; las buenas lecturas futbolísticas del DT para resolver dificultades y solucionar con un buen recambio los problemas que los rivales podían generarle; no brillaba, pero jugaba bien y reducía a los adversarios a su mínima expresión, a tal punto que -varias veces- ni siquiera sufría remates de media distancia. Atacaban los necesarios y defendían todos, desde Blandi y Mouche hasta Orion. Con pragmatismo y el dominio de las situaciones, Falcioni se sentía seguro y representado por el juego de Boca.Un partido puede tener imprevistos: un gol de Fred para Fluminense, que sorprenda en pleno clima festivo en el...

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