Axel Kicillof, el colmo del economista

Axel Kicillof

Axel Kicillof podría establecer el colmo de un economista. No tener un contador que le firme el balance. Requisito indispensable para que el Tribunal de Cuentas presidido por su ex secretario Legal y Técnico, Federico Thea, le apruebe el presupuesto ejecutado este año. Un trámite de cierta rutina que debería completar la Contaduría General, pero cuya gestión está puesta en dudas por la tensión entre el gobernador y la Legislatura. Sobre todo desde que amenaza extenderse al oficialismo lo que hasta ahora caracterizaba la relación con Juntos.

Los intendentes del conurbano están cerca de confirmar esa probabilidad. Kicillof los escuchó anteayer en el prolongado almuerzo que sirvió en La Plata para ellos. Gustavo Menéndez (Merlo), Federico Achával (Pilar), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Gabriel Katopodis (San Martín), Fernando Espinoza (La Matanza), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) llegaron hasta allí con el reclamo generalizado de todos sus colegas.

Criticaron al gobernador por el manejo discrecional de los recursos coparticipables . Pero también por no girar los 17 mil millones de pesos del Fondo de Infraestructura Municipal (FIM) comprometidos con los 135 municipios. Un acuerdo que Kicillof incumplió pero que asumió a cambio de la sanción del Presupuesto. Probablemente no se encuentre con la mejor predisposición a votar el próximo, que debería ingresar a la Legislatura en diez días.

Máximo Kirchner fue otro de los invitados. El jefe de La Cámpora está en una posición incómoda. No solo porque se siente más a gusto en las amables tertulias de Martín Sabatella con Nuevo Encuentro (NE) que con la rusticidad ideológica de los intendentes. También porque ellos lo eligieron para garantizar un canal abierto con Cristina, de quien Kicillof es el delegado. Esa fue la esencia del respaldo que le dieron para que presidiera el PJ bonaerense.

Insaurralde personificó la disfuncionalidad de esa lógica. Eludió sentarse con los funcionarios en el acto que Alberto Fernández encabezó en Cañuelas para inaugurar un tramo de la autopista. Dejó vacío su lugar junto a Cristina Álvarez Rodríguez y pidió que le acomoden una silla con los intendentes. Álvarez Rodríguez ocupa el Ministerio de Gobierno bonaerense. Kicillof la designó allí por la estrecha relación de confianza que la une a Máximo.

Sería injusto acotar la mansa rebelión del jefe del Gabinete a su modesta...

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