Con los astros bien alineados

Aparte de su biografía en sentido estricto (las peripecias de cualquier vida), los pianistas tienen una segunda biografía, la de su relación con el instrumento que tocan. Si bien transcurre en la intimidad (el piano es el instrumento solitario por excelencia), esa biografía es menos privada y forma parte de genealogías mayores. El intelectual palestino Edward Said propuso en su libro Music at the Limits dos grandes líneas: una, la del virtuoso extrovertido, en la que lo "pianístico domina lo musical" y en la que la personalidad del intérprete se impone sobre la obra; la otra, en la que la pieza se revela por intermedio del intérprete.Es claro que son abstracciones y que muchos pianistas conquistan ambas categorías; aun así, podría decirse que en la primera se inscriben, por ejemplo, Vladimir Horowitz, Ivo Pogorelich o Vladimir Ahkenazy; en la segunda, Arthur Schnabel, Wilhelm Kempff, Edwin Fischer, András Schiff y Radu Lupu. También, agrega Said, Mitsuko Uchida, la maravillosa pianista japonesa que tocará en Buenos Aires hoy, mañana y el viernes, como parte del abono del Mozarteum Argentino, y el jueves, en el Abono Estelar del Teatro Colón. Con ella actuará la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, dirigida por Mariss Jansons.Aunque nació en Atami, una ciudad cercana de Tokio, y adoptó la ciudadanía inglesa, Uchida le debe sin embargo todo a Viena. Allí fue a los 12 años y estudió, justamente, con Kempff y con Maria Curcio, la última discípula de Schnabel. No puede dudarse del linaje imaginado por Said. Pero la pertenencia a una genealogía o a la otra trae consigo también un repertorio. Si bien hubo algún desvío afortunado (los Estudios de Claude Debussy son un caso), el corazón del repertorio de Uchida es vienés: Mozart, Beethoven, Schubert, evidentemente, pero también la Segunda Escuela de Viena: Arnold Schönberg, Alban Berg y Anton Webern.Uchida es tan famosa por su colección de pianos (cuatro Steinway en una sala en la que no permite que nadie entre) como por la luminosa transparencia de sus enfoques. Muy pocas veces se escuchó una lectura del Concierto opus 42 de Schönberg más...

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