Antiguo como la humanidad

A veces la vida se juega en el más cotidiano de los gestos. Para el hombre retratado en esta foto, la subsistencia depende de vender o no vender un animal en las rutas de Karachi, Paquistán. Por eso la parsimonia, la reconcentrada atención con que peina una cabra que no, no es su mascota y no, no está destinada a ningún concurso de belleza animal. Pero seguramente tenga nombre, haya sido criada con tanto esmero como ahora es acicalada y alguien la haya contemplado de un modo incomprensible para nosotros, los apacibles urbanitas: la mirada de quien sabe que un animal puede ser muy querible, pero ante todo es alimento. La escena es...

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