Anímese, Zaffaroni

Voceros del sector más radicalizado del oficialismo están dispuestos a emplear cualquier recurso para acallar a quienes denuncian la corrupción kirchneristaLa Asociación de Derechos Civiles, organización civil que combate la discriminación , ha hecho estudios demostrativos de lo difícil que es luchar contra el odio en cualquiera de sus manifestaciones. Podría enviarle copia de alguno de sus trabajos al exjuez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Raúl Zaffaroni, especialista en difundir infundios contra el periodismo.A ciertas alturas es difícil que alguien cambie de posición, más cuando en una persona como el veterano penalista se percibe el perverso deleite por el escándalo. Su comparación de la prensa independiente de la Argentina con los órganos que sirvieron desde los años 20 de es el típico exabrupto que esperan con regocijo los núcleos de fanatizados. Solo ellos.Por eso en el caso de Zaffaroni, como en el de otros dos o tres delirantes que asoman periódicamente con rebuscados parlamentos contra el periodismo, la respuesta mal podría ceñirse a la excentricidad de un individuo. Debe estar dirigida a toda la audiencia de obcecados o distraídos que digieren como si tal cosa que la prensa independiente argentina es comparable a la que fue instrumento del nazismo o a la que habló, como el caso de Pravda, que Zaffaroni se atrevió por una vez traer a colación, en nombre de un tirano de calaña equiparable a la de Adolf Hitler: Josef Stalin.Zaffaroni ha dicho que los medios -los medios de comunicación, se entiende- "continúan teniendo el monopolio de la creación de la realidad" y que en consecuencia "son un partido único". ¿Qué nos diría, entonces, de las redes sociales, que son creadoras de la irrealidad o de un discurso ficcionado para construir un relato manifiestamente alejado, cuando no contrario, a la realidad? Entre aquellas palabras y tomar a los ciudadanos por imbéciles, incapaces de pensar por sí mismos, casi no hay luz por la estrechez de las distancias.Ni el exjuez ni quienes lo siguen tanto en la política facciosa del kirchnerismo como en la apología de la curiosa doctrina de un derecho penal sin sanciones para quienes las merezcan se toman en serio lo que afirman contra la prensa. Han abrevado en las escuelas del viejo autoritarismo europeo: no mientas una vez, miente mil veces, que terminarán por creerte. Y con esto se sienten tan satisfechos como Goebbels.Están dispuestos a emplear cualquier recurso para acallar, entre...

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