Venezuela. Carta de la Conferencia Episcopal. Enero 2014

Este es el producto de la reflexión durante la Centésima Primera Asamblea Plenaria Ordinaria de la Conferencia Episcopal Venezolana:

  1. Los cristianos tenemos la certeza que en Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Dios está con la humanidad. Con esa convicción, fortalecida por la reciente celebración de la Navidad, al inicio de este año 2014, los Arzobispos y Obispos de Venezuela reunidos en nuestra

    101ª Asamblea Ordinaria, enviamos un afectuoso saludo de aliento y esperanza a los habitantes de nuestro país, pidiendo a Dios conceda a todos un año de paz y prosperidad.

  2. Es propicia esta ocasión para realizar un discernimiento a la luz del Evangelio sobre los desafíos y oportunidades del país, y hacer un llamado a la conciencia de todos sobre nuestras responsabilidades en la construcción del bien común. Jesús nos enseña el amor a los pobres y la grandeza de la persona humana, y nos urge a practicar el respeto a los demás, la fraternidad, la solidaridad, la libertad y la justicia, así como a trabajar siempre por la paz. Nos mueve a compartir estas reflexiones nuestro amor al pueblo venezolano, del que formamos parte y con quien somos solidarios, y el deseo de contribuir a la solución de las innumerables dificultades que le toca vivir.

    URGENCIA DE ENCUENTRO Y DIÁLOGO

  3. Las elecciones del 14 de abril y del 8 de diciembre pasado, vividas en el clima de ciudadanía y participación que ha caracterizado a nuestro pueblo, hacen evidente la existencia en la sociedad venezolana de dos grandes sectores políticos, con iguales derechos y legítimas aspiraciones.

  4. Esta realidad nos lleva a reiterar que la primera necesidad de nuestra patria es el re-encuentro de todos sus hijos, mediante el diálogo y la reconciliación nacional. La inmensa mayoría de nuestro pueblo anhela vivir en una sociedad en la que impere una convivencia fraterna basada en el respeto y aprecio mutuos, el efectivo reconocimiento del pluralismo político-ideológico, cultural y religioso y la correspondiente tolerancia hacia los demás, superando así el clima de tensión y confrontación permanentes que reduce las posibilidades de enfrentar adecuadamente los grandes desafíos de la nación. En esto nos jugamos el futuro de Venezuela.

  5. El Papa Francisco en su alocución del 21 de abril del año pasado en la Plaza de San Pedro, invitó expresamente “al querido pueblo venezolano, en modo particular a los responsables institucionales y políticos, a rechazar con firmeza cualquier tipo de violencia y a establecer un diálogo basado en la verdad, el reconocimiento mutuo, la búsqueda del bien común y el amor por la Nación”. En su Mensaje de este año para la Jornada Mundial de la Paz, nos presentó lafraternidad como...

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