El patrimonio,construcción social. Su manifestación en contextos locales

AutorEnrique Rosabal Lago
CargoProfesor Auxiliar. Licenciado en educación. Investigador
Un comentario introductorio

En los últimos tiempos, se ha democratizado (a nivel general de la sociedad) el concepto de Patrimonio Cultural, una construcción social propia o inherente al desarrollo histórico y cultural de la humanidad, que por mucho tiempo estuvo sólo en el pensamiento y el vocabulario de hombres y mujeres muy instruidos y estudiosos de la historiografía humana, de sus vestigios, costumbres, artes, ideología (creencias) y manifestaciones en general.

Es así, que siempre se asocia la palabra Patrimonio, con la de historia y aunque es muy cierto que poseen una estrecha relación, uno es resultado simplificado de la otra, en tanto historia y culturadle hombre generan al patrimonio y en cuanto este último, es la representatividad, el estracto simbólico y la selección de las aportaciones más significativas y que perduran de los dos anteriores.

De manera que al hacer este breve comentario como introducción a un tema (poco difundido y nunca antes abordado en el contexto local de Campechuela desde la visión del museo desde y para la sociedad )*, que cada vez adquiere más relevancia y adeptos, en la medida en que se reconocen y se ven representados en las diversas aristas que la misma ofrece para el conocimiento y el estudio de la sociedad.

El Patrimonio, visto en la amplitud que ofrece su definición, representa, al decir de muchos autores referentes como: La naturaleza, la historia y la inspiración creativa, esta última traducida, en nuestro intelecto como lo espiritual (patrimonio inmaterial). Estos referentes, constituyen la cima de la que penden aspectos y aristas que tienen su génesis, primero en la sociedad, como resultado del proceso de producción material, en tanto la historia está referida a la actividad humana, cuyo factor esencial es la producción en la que se entrelazan otros elementos significativos propios de las relaciones entre los hombres, segundo, el intelecto humano, desde la creatividad ( al no poder comprender e interpretar los fenómenos naturales, como en la antigüedad ) y; tercero, en la apreciación, aceptación, reconocimiento y protección de los valores naturales que consideran los hombres relevantes.

Cada uno de estos referentes, se tratan en detalle en estas reflexiones, las que tienen como base lo que se ha dado en llamar Patrimonio Cultural en el contexto local cubano, en especial en Campechuela, describiendo cada uno con sus argumentos teóricos y comparándolos con los criterios que al respecto emiten estudiosos cubanos y foráneos en lo que consideramos, radica la importancia de este comentario.

Fuentes como “Antropología y Patrimonio”, de Llorenc Prats; “El patrimonio como recurso en la enseñanza de las Ciencias Sociales”, de Francesc Xavier Hernández Cardona; “Museo y Patrimonio en la didáctica de las Ciencias Sociales”, de Domínguez, C.; “Cultura popular: Entre el Patrimonio y el Folklor”, de Rafael Hernández, Ariel Fernández, Julio García Espinosa y Jesús Guanche, en Revista TEMAS; “Un triángulo cubano: Turismo, Patrimonio, Comunidad”, de Hernán Venegas Marcelo; la Compilación de textos legislativos para la protección del Patrimonio Cultural”, del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, entre otras muchas, sirvieron de fuentes de conocimientos y confrontación para el desarrollo de este trabajo que en grado mínimo pretende se una obra acabada, mucho menos con criterios cerrados, sino más bien abiertos al debate y la reflexión.

Generalidades acerca del Patrimonio Cultural Su relación con la sociedad

El primer enunciado que hicimos, establece que el patrimonio, no surge de loa nada, sino que tiene una génesis social, en tanto no existe fuera de la sociedad y en cuanto es creado por el hombre; no obstante poseer referentes naturales, los que evidentemente no serían considerados como parte el patrimonio, protegidos y difundidos, si no fueran apreciados por el ser racional. En otras palabras, no existe el patrimonio fuera de la conciencia del hombre o social.

Según Llorenc Prats, “El Patrimonio es, naturalmente, una construcción social (o cultural, como se prefiera). No existe en la naturaleza ni siquiera en todas las sociedades humanas ni en todos los períodos de la historia...” (1) Vale señalar, que respecto a este estudio (artículo), coincidimos en el carácter societal del tema que nos ocupa, sin embargo, es nuestra opinión (muy modesta por cierto) que su afirmación se contradice cuando refiere que no existe “en la naturaleza”, cuando todo proceso humano tiene su base en la naturaleza, e incluso, parte del patrimonio hoy se considera como natural, en lo que abundaremos más adelante. Empero en lo que consideramos que más se quiebra su argumento, es en lo referido a que “no existe ni siquiera en todas las sociedades humanas ni en todos los períodos de la historia”, en tanto es reconocido que desde el propio surgimiento del hombre apreció sus pertenencias y consolidó sus creencias, difundió sus costumbres, no sólo culinarias sino de manera muy acérrima otras muchas que pasaron de generación en generación, aunque quizás no existiera para entonces la definición de patrimonio.

¿Cómo explicar entonces que desde el propio surgimiento del hombre en sociedad (e incluso individual), se identificara con sus propiedades, con su cultura y al reconocimiento de sus testimonios contados y protegidos por generaciones, no sólo en prosa, sino en versos y cantos, que aún sin haberse conservado en sus propias voces, son acogidas por leyendas e historia que constituyen paradigmas para las actuales generaciones? ¿De donde aparecen las colecciones y los coleccionistas (más adelante en el tiempo), en tanto se organizan y clasifican las mismas, remontándose al siglo VI a.n.e, asociados a guerras púnicas y de rapiña cuyos saqueos para apoderarse de las riquezas, constituían un fin de cada contendiente para coleccionar objetos, en tanto el surgimiento “... del Museo está asociado a la identificación del hombre con su cultura y al reconocimiento de su valor testimonial de ciertas evidencias como patrimonio...”(2)

Ese proceso de identificación y defensa de lo suyo (no como propiedad, sino como costumbre que se construye, ideal, de creación material) que provocó guerras, distensiones, sacrificios, es en principio, patrimonio. ¿Cómo se entienden entonces los valores de las construcciones de las pirámides de Egipto, sino como una manera de sacralizar, proteger, conservar, idealizar a sus líderes y la imaginería de otra vida en el más allá, en fin la presencia de un panteón con sus correspondientes ídolos a los que rendían tributos y ofrendas?.

En el decir de Llorenc Prats, el patrimonio tiene “algo de sabiduría” y pensamos que de sabiduría tiene todo, en tanto descubrirse cada cultura, es un hecho de conocimiento, de identificación, de inteligencia; aunque coincidimos plenamente con sus argumentos de que en el momento de considerar o no patrimonio a algo, la designación y movilidad de recursos para su protección, conservación y exposición, se tienen en cuenta su “...carácter simbólico, su capacidad para representar, mediante un sistema de símbolos, una determinada identidad”(3), lo que merece un comentario también, a tenor de que ya sea por su relevancia, por la interpretación que de la identidad se realice de un fenómeno o proceso cultural (espiritual o material), incluyendo a la naturaleza que maleada o no por el hombre, representa un fenómeno extracultural en tanto no es resultado de la actividad humana y sí de su capacidad de apreciación para comprender sus valores, importancia, belleza y relevancia ecológica, entre otros aspectos.

Un elemento de distinción y análisis perenne en el tema, es la vinculación o relación patrimonio-historia, que en no pocas ocasiones tiende a confundir o tergiversar el concepto. Empero se impone hacer un análisis de las definiciones que sobre Patrimonio se ofrecen, de acuerdo a diversos puntos de vista y su relación con la sociedad. Para Francesc Xavier Hernández Cardona, estudioso del tema en la Universidad de Barcelona, es: “aquello que queda visible del pasado y de las concepciones ideáticas y estéticas del pasado y del presente que lo reconoce. El patrimonio es, en un sentido amplio, es prácticamente lo único que queda directamente observable de la historia y por tanto, como historia identificada y observable, nos permite una aproximación científica al pasado” (4)

Y esta definición es propicia para el análisis que sobre el tema se realiza, en tanto existen puntos convergentes en nuestros modestos conocimientos y criterios, como puede haberlos también divergentes. Así, por ejemplo, el autor del artículo moderniza la teoría de que patrimonio engloba, como definición, sólo lo viejo (criterio muy difundido y alejado de la realidad, sobre todo si se considera que patrimonio y cultura material y...

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