La voz que faltaba: Obama presion

El escándalo de la FIFA se asemeja a un juego de mesa de esos de guerra, con fichas que ocupan cada vez más países. Muchos presidentes o destacados políticos internacionales ya han puesto sus manos en este tablero. Y ahora se sumó una de la voces más esperadas: la de Barack Obama. Siempre la palabra del presidente de Estados Unidos tiene peso, pero más todavía si lo hace en el marco de la cumbre del G7 en Krün, Alemania, con toda la prensa mundial atenta a cada sílaba que pronuncie.

"Queremos asegurarnos que un deporte que está ganando popularidad se dirija de manera recta", afirmó Obama, sin despegarse ni un milímetro de la mirada estadounidense, ya que se refirió al juego más practicado en el planeta como una disciplina en crecimiento. Si bien la bomba por el escándalo de la FIFA explotó hace un par de semanas, es la primera vez que Obama vierte algún concepto sobre el tema, aunque la investigación del FBI siempre apuntó a estafas vinculadas con bancos norteamericanos.

El mandatario de Estados Unidos se refirió al fútbol como "un deporte que es un negocio masivo que necesita ser dirigido con integridad". En la conferencia de prensa realizada después de la cumbre en el palacio de Elmau, Obama reconoció que la situación de la FIFA forma parte de los temas de agenda de diálogo entre los presidentes y los altos funcionarios de los gobiernos de la cumbre. "En conversaciones que he tenido aquí en Europa, la gente piensa que es muy importante que la FIFA sea capaz de funcionar con integridad y transparencia y responsabilidad", aseguró Obama, que además se excusó y dijo que no comentaría directamente la investigación del FBI sobre sobornos y corrupción en la federación que rige al fútbol mundial. Igualmente, se refirió al fútbol como un deporte que es "una fuente de increíble orgullo nacional".

Si bien Obama se metió por primera vez en el tema, la última semana pasada su portavoz, Josh Earnest, ya lo había hecho. "La FIFA puede salir beneficiada con un nuevo liderazgo", contestó Earnest al ser preguntado por la renuncia de Joseph Blatter. Y agregó: "Es una oportunidad para que la organización trate de mejorar su imagen pública. La FIFA se encarga de gestionar los asuntos de un deporte que es seguido por miles de millones de personas en todo el mundo".

Tal como sucede desde hace semanas, Obama no fue el único presidente que habló ayer sobre el FIFA-gate. Su par de Brasil, Dilma Rousseff, rechazó de manera enfática que su país haya pagado sobornos...

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