Se votó el traspaso de los depósitos del Banco Ciudad

Esta vez no hubo abrazos ni sonrisas en el recinto de la Cámara de Diputados. Tampoco se cantó la marcha peronista al final. Es que el oficialismo no tenía demasiado que festejar: con un quórum demasiado justo y con fuertes disidencias internas, aprobó a duras penas el proyecto que transfiere los depósitos judiciales del Banco Ciudad al Banco Nación, una nueva ofensiva kirchnerista contra el gobierno porteño de Mauricio Macri.Si bien el oficialismo le dio media sanción al proyecto con 128 votos positivos y tan sólo cuatro negativos, la suya fue una victoria pírrica. No sólo porque la oposición le jugó una mala pasada y le negó el quórum a último momento, sino también porque debió soportar, puertas afuera del Congreso, una concurrida movilización de los empleados bancarios en contra de su proyecto.Encima, los opositores le armaron un escándalo al acusarlo de violar el reglamento del cuerpo para reunir el quórum y, como si esto fuera poco, el propio presidente de la Comisión de Justicia, el -todavía- oficialista Jorge Yoma, criticó con una dureza inusitada la idea de transferir los depósitos judiciales al Banco Nación."El único objetivo es provocar daño a una institución financiera, al descapitalizarla en un 40% en sus depósitos", descerrajó el legislador riojano.Tolerancia y nerviosEn su banca, el jefe del bloque oficialista, Agustín Rossi, mascullaba bronca. La sesión no podía haber comenzado peor. Los opositores se resistían a ocupar sus bancas y su tropa no alcanzaba a reunir los 129 diputados necesarios para el quórum.Los gremialistas disidentes Facundo Moyano y Omar Plaini, que responden a Hugo Moyano, brillaron por su ausencia. La chaqueña Sandra Mendoza estaba demorada y Yoma aún no llegaba.El nerviosismo era indisimulable. Había transcurrido ya la media hora de tolerancia que concede el reglamento cuando el jefe del bloque de Pro, Federico Pinedo, reclamó a los gritos que se levantara la sesión.El presidente del cuerpo, el también oficialista Julián Domínguez, ni lo miró y, ante el pedido de Rossi, concedió otros 15 minutos de espera. La oposición, apostada en las galerías del recinto, estalló de furia. "El oficialismo rompió las reglas: la tolerancia es de media hora, no más", exclamó el jefe del bloque radical, Ricardo Gil Lavedra. Domínguez...

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