Volvió el scandinoir: el estreno de la polaca Forst, una oportunidad para ponerse al día con lo mejor del policial nórdico

Forst, nueva serie polaca estrenada en Netflix

El fenómeno del scandinoir -o también llamado nordic noir - no es reciente, pese a su insistente vigencia. Hace casi treinta años la literatura policial de aquellas tierras frías decidió amalgamar dos tradiciones que parecían antagónicas: por un lado, la estilización lingüística de la novela negra norteamericana de los años 20 y 30, con sus diálogos cargados de doble sentido y violencia subterránea, y por el otro, el pulso de la realidad cristalizado en el reportaje periodístico, crudo retrato de un presente conflictivo. El sueco Henrik Mankell fue uno de los pioneros y su detective Wallander, la punta del iceberg de un fenómeno que ya lleva décadas y ha traspasado las fronteras de aquella península helada.

Primero fueron las sagas literarias y los bestsellers de escritores como Stieg Larsson, Jo Nesbø o Camilla Lackberg, luego las exitosas series televisivas como la danesa Forbrydelsen , creada por el novelista Søren Sveistrup y estrenada en 2007, y Bron/Broen , coproducción sueco-danesa estrenada en 2011 de la mano de Hans Rosenfledt. La fórmula parecía reducirse a cuatro pilares fundamentales: un detective atormentado, un pueblo o pequeña ciudad alejada del ritmo frenético y anónimo de las metrópolis, un clima adverso y omnipresente, un crimen atroz. Bajo esas coordenadas la ficción policial comenzó a modelar un estilo que se esparció por los países nórdicos pero también derramó su peculiar estética en narrativas como la británica, la alemana, la polaca, la francesa y belga, y también la española en producciones regionales como la gallega o la vasca.

Muchas historias asomaron año tras año desde finales de los años 90, cuando se tradujo al inglés Asesinos sin rostro de Mankell, convirtiéndose en el primer éxito fuera de su Suecia natal, y luego siguió el furor por la saga Millenium de Larsson, las adaptaciones televisivas de Wallander en los 2000, los triunfos de Sveistrup y Rosenfledt dentro y fuera de sus países. En este año, el sello del nordic noir se ha emancipado de su singularidad de origen y comienza a convertirse en la identidad del policial contemporáneo, llegando a definir las coordenadas de una serie como True Detective en su cuarta temporada, ficción que había transitado otras influencias literarias y cinematográficas. El pasado del detective, el protagonismo del paisaje, los secretos que asoman como traumas de una comunidad son elementos que el nordic noir puso sobre el tapete a la hora de modelar sus narrativas y hoy son patrimonio del nuevo policial contemporáneo, uno de los bastiones de la ficción producida para streaming.

En esa línea...

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