Volatilidad y poca transparencia: las críticas al proyecto de movilidad de jubilaciones

Que la recomposición de las jubilaciones quede sujeta a la evolución de la recaudación impositiva y que se deje de lado la inflación,no es una buena idea y es algo que tendrá efectos no alineados con el objetivo de la movilidad, según afirmaron varios expertos en temas previsionales y economistas consultados por LA NACION. Entre los riesgos está el de que se produzcan alteraciones en función de reformas tributarias, que podrían hacer que el cálculo arroje en determinados períodos resultados desvinculados del poder adquisitivo de los haberes, que es, en definitiva, lo que debería preservarse. También se advierte que el índice podría sufrir una alta volatilidad, provocada por los cambios de ciclos económicos.Además, se advierte sobre la falta de transparencia en los datos de las variables que integrarían la fórmula, algo sobre lo cual ya hay experiencia: entre 2009 y 2017, cuando rigió una modalidad de reajustes basada también en la recaudación -propuesta por el kirchnerismo-, nunca se hicieron públicos todos los valores que se usaban para llegar a los porcentajes a los que se llegaba. Eso da lugar, claramente, a que la discrecionalidad política sea un elemento que intervenga en la determinación del nivel de recomposiciones de haberes.Según anunció el Gobierno, con un comunicado emitido pasadas las 22 del lunes y a pocas horas de iniciarse el diálogo con la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) que visita el país, la fórmula que se incluirá en un proyecto de ley estará compuesta por la suma del 50% de la evolución de los salarios según el índice Ripte, y el 50% de la variación de la recaudación de impuestos que, según lo establecido, se destinan a la Anses, dividida por la cantidad de beneficios del sistema. Los ajustes bajo esta modalidad permitirían reducir el déficit previsional, según se admitió desde el propio Gobierno. Se otorgarían semestralmente, en marzo y en septiembre, y en la segunda oportunidad se aplicaría un tope, porque las subas no podrían superar la variación interanual de los recursos por beneficio que recibe el sistema previsional, multiplicada por 1,03."No encuentro razones para incorporar la recaudación en el cálculo, salvo la validación ex-post de un esquema que estuvo vigente cuando no había Indec", sostiene el economista Oscar Cetrángolo, investigador en el Instituto Interdisciplinario de Economía Política de la UBA y el Conicet, en referencia a la etapa en la cual, por la intervención del gobierno...

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