Vivir en Francia. 'La decisión de irse del país se toma cada vez que uno siente que se equivocó'

Emilia Serra Elli, una argentina en París.

Desde niña, Emilia Serra Elli soñaba con ser "nariz" y crear perfumes para las grandes marcas francesas. Entre juegos y estudios, fantaseaba con aquel país del viejo continente, con su elegancia y magnetismo, y sus exquisitos aromas atrapados en distinguidos frascos atesorados por hombres y mujeres cual joyas preciadas.

Sin perder de vista su sueño, la joven se recibió del Colegio Nacional Buenos Aires y comenzó a estudiar farmacia en la UBA, con la ilusión de explorar los procesos químicos del universo de la perfumería. Por aquel camino intentó relacionar los dos mundos, pero finalmente comprendió que la carrera poco tenía que ver con lo que anhelaba para su vida.

Una mañana, Emilia despertó con la certeza de que debía ir hacia su sueño si deseaba cumplirlo, y el suyo habitaba en Francia. Buscó posibilidades de empleo en el país europeo, consiguió trabajo como niñera, y con un pasaporte italiano aún en trámite, y sin saber el idioma, decidió aventurarse por un sendero prometedor, pero desconocido.

Sus amigos quedaron atónitos ante semejante determinación y la alentaron, al igual que su querida familia. Todo había sucedido demasiado rápido, la fantasía de la infancia había arribado: Emilia partió a París para cumplir su sueño.

Cuatro años atrás, Emilia partió a Francia para convertirse en perfumista.

París, la dura realidad, y "el individualismo disfrazado de indiferencia"

París surgió mágica a primera vista, aunque no todo fluyó como en un cuento de hadas. Emilia descubrió que, tras las postales de ensueño de los turistas, se escondía una cotidianidad compleja de sobrellevar para un emigrado. Focalizada en su sueño, decidió no dejarse vencer por la añoranza inevitable y se esforzó en aprender francés durante el primer año, a la par de su trabajo como niñera. Luego de doce meses dedicados al empleo y adaptación en su nuevo mundo, la joven dio el primer paso hacia su meta: comenzó el primer año en la Ecole supérieure du Parfum en París.

"Mis emociones respecto a mi decisión de emigrar cambiaron mucho con el tiempo", observa Emilia. "Los primeros sentimientos traen consigo un impulso y las ganas de que todo salga bien, un positivismo general sobre la situación. Creo que es lo que nos permite no mirar al abismo y tan solo saltar. A la llegada uno se topa con una realidad más dura en un país donde hay muchísimos extranjeros y no son siempre bienvenidos. Estar en un lugar donde todo es desconocido te...

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