Vivir en España por los hijos: 'El sistema de salud argentino nos estaba lastimando'

Alcalá de Henares.

"Tenemos hijos hermosos que no cambiaría por nada del mundo. Creo que soy uno de los tipos más afortunados de la tierra" , quien lo dice es Lucas Berga, orgulloso padre de tres niños que, años atrás, fueron diagnosticados con diversos tipos de trastornos del espectro autista ( TEA ) .

Desde su hogar en Alcalá de Henares, en las cercanías de Madrid, el argentino contempla su vida, tantas veces desafiante, y sonríe: atrás quedó el hiriente bullying sufrido en su infancia, la depresión, el desempleo angustiante, la lucha por una mejor vida para sus hijos. Sin dudas, su travesía fue rocosa, la desesperación supo ser compañera en el camino, pero, finalmente, junto a su mujer supo hallar su rincón de paz.

Alcalá de Henares, la Cervantina, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en diciembre de 1998. Se encuentra al noroeste de Madrid y es conocida por la Universidad de Alcalá, que ocupa edificios del siglo XVI en la ciudad antigua.

España en la mira: "Teniendo tres hijos con discapacidad, el sistema de salud argentino nos estaba lastimando"

Veintiséis años atrás, Lucas y su mujer, Egle, se enamoraron siendo muy jóvenes y decidieron construir un mundo de a dos en Argentina; por entonces, España no cabía en sus planes. Se casaron en 2003 y en 2006 nació su primer hijo, Tiziano. Apenas tenía tres meses, cuando recibieron la noticia de que Nazareno estaba en camino. La alegría fue inmensa hasta que Egle sufrió una infección que desencadenó en un parto prematuro a las 30 semanas. El pequeño Naza estuvo 45 días en terapia intensiva neonatológica y sobrevivió.

Con el paso del tiempo, el matrimonio comenzó a notar comportamientos extraños en su segundo hijo y, tras recorrer varios consultorios médicos, le diagnosticaron TGD ( trastorno generalizado del desarrollo ) y parálisis cerebral, consecuencia del parto prematuro.

"Allí comenzó nuestra batalla con la obra social para obtener los tratamientos y certificado de discapacidad", cuenta Lucas. "Y cuando ya estábamos encaminados con Naza, desde el jardín de Tiziano nos llamaron la atención por su conducta. Tiempo después fue diagnosticado con síndrome de Asperger, otra variante del autismo. Ya con un poco de entrenamiento, gestionamos la estructura de tratamientos y profesionales".

Lucas, junto a su familia, en días argentinos.

Los diagnósticos trajeron cambios de vida sinuosos, signados por mudanzas y una reorientación laboral a fin de crear una dinámica que les permitiera pasar mayor tiempo en casa. El impacto emocional había sido intenso, inesperado, pero, de a poco, el...

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