Viveza empresaria, FMI y la obsesión de Cristina: el arduo equilibrio del Gobierno para no quedarse sin dólares

El Banco Central confía en acumular reservas

"Los banqueros centrales son los que sacan el ponche cuando la fiesta está empezando", dicen con sorna en Reconquista 266, la señorial sede del Banco Central de la República Argentina (BCRA). Aluden así al rol que deben asumir ante los inagotables requerimientos de la política, que obligan a prender la famosa "maquinita", casi siempre desentendidos de las consecuencias. El chiste se lo endilgan a los monetaristas, un perfil con el que las actuales autoridades de la entidad no se identifican, pero al que circunstancialmente suscriben. "Nosotros, más que del ponche, hablaríamos de sacar el whisky de las 18″, bromean. "En el Gobierno ahora todo el mundo está comprometido, pero antes, si nos poníamos restrictivos, nos preguntaban qué nos pasaba, que si queríamos abortar el crecimiento", recuerdan.

No es el único tironeo al que se ven sometidos constantemente en el BCRA. Hay otro que los obliga a un equilibrio aún más arduo y es la puja por los dólares de las reservas. En la ventanilla hacen fila empresas que los piden para importar insumos para producir o pagar deudas en divisas; importadores de bienes y funcionarios que necesitan los billetes, por ejemplo, para contratar con el exterior la llegada de los barcos con gas natural licuado que el país necesita para cubrir la demanda en el invierno. Todo bajo la mirada implacable de propios, el kirchnerismo alineado con la vicepresidenta, y extraños, el FMI, que controlará cada tres meses si el país cumple con la meta de acumulación de reservas comprometida en el acuerdo.

El dilema es económico y político. El Gobierno no quiere frenar la recuperación de la economía y al mismo tiempo pretende que el BCRA sume dólares a sus arcas para evitar una devaluación brusca y también para trabajar sobre las expectativas de que eso no sucederá, algo en lo que le cuesta ser convincente. "Hace dos años y medio que analistas y empresarios están pronosticando un salto devaluatorio y no sucede", se jactan en la entidad que conduce Miguel Pesce. Están convencidos de que les ganarán otra apuesta a los consultores, que estiman que no podrán acumular las reservas necesarias y que la actividad inevitablemente se desacelerará por la falta de billetes con próceres norteamericanos.

El tema volvió a ser abordado por la Unión Industrial Argentina (UIA) en su última reunión de junta directiva, la semana pasada. El problema ya es crónico, a tal punto que en la minuta del encuentro hay...

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