La víspera sin fin de algo peor: Cataluña se sumerge en una era oscura e incierta

Cuando se diluya la fiesta de la resaca será lacerante, larga, persistente.

España entera se sumergió en una era oscura e incierta. Nunca un país de la Unión Europea había enfrentado un intento de secesión unilateral. No hay manuales para conjurar un desafío de ese calibre, que amenaza la paz social, la salud de la economía y el Estado de Derecho.

Cataluña parecía anoche un limbo jurídico. Un gobierno destituido resistía atrincherado en el Palacio de la Generalitat y vitoreado por una multitud. Otro gobierno, el español, recurría a la Constitución para arrogarse el poder casi total en la región. Una sociedad agitada espera: la vida se convirtió en la víspera sin fin de algo peor.

Con Europa en vilo, Y sorprendió al ponerle fecha de vencimiento a la intervención sin precedente de la autonomía catalana.

Disolvió el Parlamento que horas antes había votado la declaración de independencia y convocó a elecciones autonómicas para el 21 de diciembre. Expuso cómo piensa salir de Cataluña. Nadie sabe del todo bien cómo hará para entrar.

La preocupación de Rajoy se centró en demostrar que su actuación en Cataluña sería "quirúrgica". Tal vez lo consiga, pero será sin anestesia. Las noticias de los próximos días auguran más títulos catástrofe: resistencia a la autoridad española, el intento de formar un Parlamento alternativo de cargos electos (con los alcaldes al frente), la orden de detención de Puigdemont y del vicepresidente Oriol Junqueras por delitos gravísimos (rebelión y/o sedición), represión policial, boicot del independentismo a los comicios convocadas desde Madrid.

A Rajoy se lo conoce como un mago del quietismo. Cuando le toca actuar no siempre acierta, como pasó el 1° de octubre durante el referéndum separatista que quiso, sin éxito, impedir a golpes de bastones.

Puigdemont y sus aliados sintieron miedo por la tormenta que iban a desatar. Sin apoyo social suficiente ni herramientas para construir un Estado de verdad, al final decidieron lanzarse al vacío a la espera de que Rajoy mida mal su respuesta. Abrazan la dinámica de lo desconocido.

Consumaron el sueño con un último ejercicio de patriotismo creativo. La declaración de ruptura la aprobaron en el Parlamento mediante el voto secreto para que ningún diputado pudiera ser acusado de los delitos que ese acto implica. Curioso guión el de la república naciente, escrito por abogados penalistas.

Del escudo del anonimato pasaron al escudo de la gente, a la que alentaron a "defender" el Palacio...

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