Las virtudes del crimen y la corrupción

Se sabe, el dinero no tiene moral, lo mismo que muchos de los líderes de la actualidad. No sería raro entonces que la idea de la Unión Europea de contabilizar en el PBI las actividades ilegales que impliquen "un intercambio libre" se propague por todo el globo. Así, la prostitución, el tráfico de drogas y el contrabando podrán prestar un impensado servicio a los gobernantes, cuyas estadísticas, convenientemente infladas, reflejarán con mayor justicia lo bien que se vive en sociedades bendecidas por actividades tan pujantes.Está muy bien, llevemos luz a la oscuridad, saquemos los trapitos al sol. ¿Por qué condenar a los sótanos del sistema a ocupaciones que tanto hacen por dotarlo de salud y vigor? Se trata de una pequeña batalla ganada a la hipocresía, además de un incentivo, por si hiciera falta, para sumar nuevos emprendedores a rubros desde siempre muy redituables pero que obligaban al ingrato espacio de la clandestinidad, con todos los inconvenientes que eso supone. La cárcel y la mala reputación, sin ir más lejos. Ahora esto va a cambiar. En poco tiempo, redimidos por este reconocimiento, y ante la inevitable curiosidad infantil sobre la ocupación paterna, el jefe del cartel de Juárez o el capo de la Camorra napolitana podrán decirles a sus pequeños vástagos que papá se desloma todo el día para la grandeza y la gloria de su patria. Muy tierno.Por supuesto, no todos los países llegarán en igualdad de condiciones a esta sabia medida. Austria, que ya la puso en vigencia, estimó que estos rubros non sanctos representaron el 0,1% de su PBI el año pasado. Parece que en esta carrera los austríacos corren con el lastre de un obsoleto apego a la ley. En Italia, en cambio, las actividades criminales tienen un peso mayor en la economía: ascienden al 10% del PBI. Basta recordar que los argentinos no venimos de Viena para adivinar los beneficios que la idea puede reportar a nuestro país.En realidad, para que la puesta en marcha de esta iniciativa sea mucho más que un mero impulso, para que el país por fin florezca en sus números, para pelear la vanguardia a nivel global, habría que apelar a esa creatividad tan nuestra y llevar la idea a su máxima expresión. Porque otro sería el cantar aquí si pudiéramos sumar el generoso aporte que el sector público viene haciendo en este tipo de rubros. Excluirlo sería como salir a la cancha con la tercera división mientras los astros de la primera se quedan en el banco. Es justo además que el esfuerzo de nuestros funcionarios...

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