La violencia en el lugar menos esperado

Se trató de una exacta pintura de la problemática de la violencia del fútbol argentino. Ocurrió en Rafaela, en el partido del local frente a Lanús. Sí, el lugar menos esperado. Es cierto que el episodio no llegó a mayores, pero sirve perfectamente para el análisis.Una mano de Paolo Goltz dentro del área quedó a consideración de Germán Delfino. El árbitro entendió que fue casual y por eso hizo continuar el partido. Lo que siguió fueron diez minutos repudiables desde varios aspectos. La expulsión insólita de Lucas Bovaglio por recibir dos tarjetas amarillas en cuestión de segundos por no detener nunca sus protestas. Poco después, Sebastián Grazzini recibió la segunda amonestación por una patada muy dura... ¡que insólitamente el jugador protestó!A partir de allí, la temperatura de la tribuna subió y el partido debió ser detenido por una docena de minutos. En ese tiempo, los hinchas rafaelinos arrojaron una lluvia de proyectiles a la cancha; uno de ellos, un encendedor, pegó en el hombro de Delfino. Cuestión de puntería: le daba en un ojo y el partido se suspendía.Llamó la atención la actitud de la mayoría de los jugadores de Rafaela: en lugar de acercarse a los hinchas para calmarlos y...

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