Villa Ocampo, ante el posible retiro de la Unesco

La cultura y la educación argentinas están sufriendo duros embates en estos días. Al prolongado paro de los docentes bonaerenses, que no pareciera encontrar pronta solución, se agrega ahora otra noticia descorazonadora. Por razones de índole financiera, la Unesco se vería obligada a deshacerse de la administración de la Villa Ocampo, la casa de San Isidro legada a ella por la escritora argentina Victoria Ocampo algunos años antes de morir.

Es público el hecho de que la Unesco afronta una aguda crisis financiera tras el retiro de los Estados Unidos, en protesta por el ingreso de Palestina al organismo. Sin embargo, si éste persistiera en sus intenciones y ellas se concretaran, este hecho constituirá una verdadera claudicación, un golpe fatal, casi traicionero, para las intenciones y los objetivos que la escritora expuso con tanta claridad. Al anunciar sus planes, Victoria Ocampo había dicho que su principal razón para elegir un organismo internacional era "el afán de colocar bajo su égida un centro cultural que deseaba proteger del contragolpe de los vaivenes políticos. Los cambios bruscos, las temperaturas dictatoriales pueden malograr el desarrollo y desviar el rumbo de una empresa espiritual de esta índole". Nada más lúcido que esta reflexión, digna de ese gigante cultural que fue la creadora de Sur.

Ceder a terceros -sean organismos públicos o privados- el manejo y la gestión de la casa resulta inconcebible e incongruente con el sentido de la donación hecha a la Unesco. Villa Ocampo fue la residencia de alguien que amó y defendió la pluralidad y libertad de expresión (y lo pagó con la cárcel), y cualquier régimen de administración que se adopte que no asegure y garantice esa pluralidad y esa libertad entrará en contradicción con los objetivos que Victoria y su hermana Angélica Ocampo tuvieron en miras. Por ello, resulta lógico que el gobierno argentino, cuyas arcas también atraviesan una situación difícil, no quiera hacerse cargo de Villa Ocampo. De ser posible, las actividades de esa casa deberían desarrollarse al amparo de normas que favorezcan el mecenazgo y la iniciativa privada, hasta ahora inexistentes a nivel nacional.

Además, existen acuerdos entre la Unesco y varias entidades...

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