La vieja Navidad de Bergoglio: misa, cena con amigos y visitas sorpresa a los pobres

Esta noche, Jorge Bergoglio celebrará como papa en Roma su primera Nochebuena, la ceremonia en la que los católicos reviven el nacimiento de un bebe de madre judía que a los 33 años dijo ser el Mesías que el pueblo hebreo esperaba. En Buenos Aires, en tanto, http://www.lanacion.com.ar/1650082-los-mensajeros-del-papa-varios-vendedores-de-humo-y-algunos-correos-del-zarestarán, justamente, dos de sus amigos judíos.En los últimos años,http://www.lanacion.com.ar/1650081-un-papa-distinto-para-un-mundo-distintodirector del Congreso Judío Latinoamericano, y Alberto Zimerman, protesorero de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA). Después de la misa de las 21 en la Catedral, en la que los invitados y sus esposas eran ubicados en las mismas sillas en las que se sientan los presidentes para las ceremonias oficiales en la fila cero, es decir, delante de la primera fila de bancos, el actual papa compartía con ellos una modesta cena: gaseosas y sándwiches de queso, sin jamón para respetar las costumbres judías. La hacían en la sacristía, donde se realizaban los brindis durante los tedéum, en los tiempos en los que se hacían allí con más frecuencia que ahora."Era todo muy simple, sin sofisticación", recordó Epelman, quien conoció a Bergoglio en Aparecida, Brasil, durante la reunión de obispos latinoamericanos, en mayo de 2007. Epelman participó de esa conferencia como único observador judío invitado. "En Aparecida trabamos un vínculo personal y al fin de ese año fue la primera vez que fui a la Catedral a saludarlo por la Navidad. Me parecía importante acompañarlo en ese momento tan importante para su vida personal y religiosa. El segundo año, unos días antes de la Navidad, hablamos por teléfono y me dijo: «Imagino que este año también venís, ¿no?»."Con los años se sumó Zimerman al curioso festejo. Y para el año pasado, el rector de la Catedral, padre Alejandro Russo, invitó también a cuatro señoras que colaboran habitualmente con la atención de los sacerdotes de ese templo: Vera Trovato, Marta Virgil y Raquel y Alejandra, a quienes Bergoglio no llama por sus nombres, sino que alude siempre a ellas como "la madre y la hija". Ellas prepararon arroz con langostinos, matambre de pollo, huevos rellenos y ensaladas. De postre comieron helado y ensalada de frutas y brindaron con un champagne."Era comida fría y también muy simple", dijo Epelman. Y coincidió con Zimerman al destacar que Bergoglio se levantaba para servirles el vino. "Si yo me levantaba, él me...

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