Vidal, Arroyo, Mirtha y varios más hacen olas

Ya no está Pimpinela en Mar del Plata, como en los veranos de gobernador, pero su sucesora, , y el intendente de esa ciudad, Carlos Arroyo, se las ingenian para recrear a su manera el "me engañaste, me mentiste, te burlaste" del exitoso dúo musical de los amores sufridos.Al comienzo de la actual temporada él la plantó a ella en un acto porque "había mucho sol" (después, como si fuera una maldición, febo asomó bastante poco por la ex-Feliz durante el mes de enero) y ahora en febrero ella le escribió a él una carta para pedirle que deje sin efecto la ordenanza que pretende cobrarles un impuesto a las marquesinas teatrales, en un de vacas flaquísimas. Es que del 40% catastrófico inicial abajo de la temporada anterior en cantidad de entradas vendidas que amagaba a fines de diciembre, leves repuntes de la última semana de enero y principios de febrero reducen ese porcentaje a "solo" el 30% menos, muy difícil de mejorar ya que Carnaval caerá en marzo y Semana Santa a mediados de abril."Le solicito se abstenga de implementar medidas que atenten contra el normal desarrollo de la actividad teatral", le espetó Vidal públicamente a Arroyo al refrescarle los tres pilares fundamentales de la estrategia de su plan Verano en la Provincia: 1) playas públicas equipadas y gratuitas; 2) promoción del consumo mediante descuentos y acuerdos sectoriales, y 3) oferta cultural gratuita y complementaria de la actividad privada. Pero la respuesta, también pública, de Arroyo no se hizo esperar. "Voy a seguir cobrando la tasa mientras que la ley esté vigente".Dos datos paradójicos a tener en cuenta: 1) Vidal y Arroyo pertenecen al mismo espacio político ( ), pero no se pueden ni ver y por eso conventillean a distancia sin dirimir sus diferencias en torno de una mesa como personas adultas y 2) el "voy a seguir cobrando" amenazante de Arroyo por ahora es pura teoría porque en el verano pasado el impuesto se suspendió antes de entrar en vigor y ahora que vuelve a la carga con lo mismo nadie tiene la menor idea de cómo lo implementará y en qué porcentaje.Mientras tanto, frente a esa posibilidad, hay teatreros y productores que hasta amagan con bajar sus marquesinas del frente de las salas si la municipalidad y el concejo deliberante finalmente logran cobrarles un tributo por ellas. Es que el sector está demasiado frágil como para andar sacudiéndolo. "Estamos con los once jugadores colgados del travesaño tratando de defender el cero a cero", apela a la metáfora el...

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