La vida privada del presidente, el secreto mejor guardado

Cuando Vladimir Putin tenía 36 años y era un joven espía de la Unión Soviética que empezaba sus primeras misiones en Alemania del Este, Mikhail Gorbachov lanzó la consigna de la glasnost (transparencia) para intentar romper con la cultura del secretismo de los tiempos soviéticos.

Pero Putin se había formado en Moscú, en los cuarteles del instituto Andropov de la agencia de espionaje, la KGB, en tiempos en que era popular un póster de propaganda donde una mujer de rostro severo con su dedo índice sobre los labios advertía: "No chismosee". Y Putin llevó esa consigna al nivel de mandamiento para convertir su vida privada en el secreto mejor guardado en Rusia.

"La transparencia es un no concepto en la política rusa", escribió Clifford Gaddy, miembro senior de la Brookings Institution, en Washington, y coautor del libro Mr. Putin: Operative in the Kremlin.

"Putin hizo su carrera política sobre la base del secreto y del chantaje", y utiliza la cuestión de "motivos de seguridad" para mantener su vida familiar como algo oculto, explicó Gaddy.

En concreto, acerca de la vida privada de uno de los principales líderes mundiales sólo se sabe que estuvo casado durante tres décadas con Lyudmila Ocheretnaya, seis años menor que él, de quien se divorció hace cuatro años.

Tuvieron dos hijas: María, de 32 años, y Katerina, de 31. Pero no hay ningún retrato familiar en donde se vea a los cuatro. En la única imagen disponible la familia está a bordo de un barco y las hijas aparecen de espaldas.

Hace un par de años, en su conferencia de prensa anual, un reportero ruso se animó a preguntarle al presidente sobre qué era de la vida de sus hijas. Molesto, Putin frenó al periodista en seco: "Yo nunca hablo de cuestiones relacionadas con mi familia. Ellas no están involucradas en negocios ni en política. No están en esto", respondió.

Sin embargo, luego tuvo un rayo de simpatía y dio la única información oficial que es posible hallar hoy sobre ellas: "Viven en Rusia y nunca vivieron de forma permanente en otro lugar que no fuera Rusia. Sólo estudiaron en universidades rusas. Estoy orgulloso de ellas. Continúan estudiando y trabajando. Mis hijas hablan con...

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