Una victoria pírrica de dos o una derrota de todos

El orden de los factores a veces sí altera el producto. Los anuncios de las son la mejor demostración de que se ve obligado a hacer operaciones complejas y que no siempre obtiene el resultado propuesto. La aritmética política no es una ciencia exacta. Ni de fácil dominio, cuando el poder está repartido.La secuencia en la que se conocieron tuvo que restar para intentar sumar. La difusión del antes de que él anunciara para el fuero penal federal lo ratifica. El primero tiene ADN cristinista. El segundo, el de Fernández. El primero contaminó al segundo. "El equipo del defensor de Cristina y diez más" llegó antes e hizo más ruido.Cómo quedó signada la agenda pública da paso a un gran interrogante: ¿ganó Cristina, ganó Alberto, ganan los dos o pierden todos?Si algo queda claro es que para cerrar el frente interno el Presidente abrió dos frentes externos de conflicto. Por un lado, con una parte de la ciudadanía, que esperaba otra cosa de él. Por el otro, con la principal fuerza opositora, en la que salió fortalecida el ala más dura, justo cuando todo aconseja buscar consensos.El temor que algunos integrantes del gabinete albergaban antes de los anuncios pareció concretarse: el Gobierno no logró imponer la idea de que se propone mejorar el servicio de justicia. Menos aún pudo despejar la suspicacia de que las nobles intenciones esconden el objetivo de y los suyos. Para un sector de la sociedad se llama "proyecto impunidad".El plan de reformar la Corte y como presunto garante de la vicepresidenta, tienden a consolidar la imputación de una concesión a Cristina Kirchner. O una defección de Fernández. Resulta verosímil. El Presidente rechazaba avanzar sobre la Corte hasta hace nada y lo decía. ¿Otra vez le corrieron el arco?A Fernández pareció no importarle que para poder presentar su proyecto debiera hacer más concesiones de las que esperaba. La pulsión por limpiar una mancha que le había quedado desde hace 16 años pareció más fuerte. La reforma del fuero criminal federal vendría a concretar lo que no pudo hacer en 2004, cuando la SRL Néstor Kirchner&Jaime Stiusso dinamitó sus sueños. El matrimonio Kirchner es un tribunal difícil en su carrera de jurista. Ahora no necesitó entregar a ninguno de sus colaboradores para seguir adelante, como en 2004. Gustavo Beliz debió exiliarse tras aquel fracaso. Podría decirse que el rol estelar del secretario de Planificación Estratégica en la elaboración del proyecto actual tiene sabor a revancha (o tardío...

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