Víctor García, Yerma y el recuerdo

"Alfredo Alcón y Víctor García fueron dos figuras mundiales en cuanto talento. Alfredo, quizás, es el mejor actor que yo haya visto. Con los dos tuve relaciones muy especiales. Alfredo era casi mi hermano y Víctor me abrió las puertas de eso que se llama el mundo entero, que tampoco lo es. Cuando hicimos Yerma se produjo un cambio total en mi vida, en el teatro español. Marcó una etapa diferente", apunta la gran Nuria Espert, quien, en su marcada predilección por los creadores argentinos, también recuerda sus dos trabajos con Jorge Lavelli: Doña Rosita, la soltera y La tempestad.

Justamente mientras estaba presentando esa obra, Víctor García murió. Le pidió entonces a Lavelli que bajara de cartel por un tiempo para poder traer a Buenos Aires Las criadas y, de ese modo, cumplir con un sueño de ese gran creador. "Víctor quería traerla a esta ciudad -recuerda-. Aunque vivió muchos años en Brasil y Europa, era tan argentino, tan tucumano..."

-Pero no lo imagino preparándole una empanada tucumana.

-¡Nooo! Nunca entró a una cocina en los 40 y tantos años que vivió. No era lo suyo. Y mira que lo conocí mucho, fuimos muy amigos. Hice tres obras con él que me cambiaron mi vida.

-Víctor García no tuvo aquí, ni lo tiene, el reconocimiento que se merece.

-Es cierto, no se comprende. Con Yerma, espectáculo que los argentinos amaron, algo tendría que haber pasado, alguien le debería haber ofrecido el cielo, la tierra, las vacas... pero no pasó nada. Volvió a Europa con su grupo de amigos, que éramos poquísimos, y siguió haciendo...

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