Vicentin. Los tres objetivos que persigue el interventor Gabriel Delgado

Gabriel Delgado, exsecretario de Agricultura con Cristina Kirchner, era número puesto por muchos para quedarse con el cargo de ministro de Agricultura de Alberto Fernández. Cuando todo parecía definido, apareció sobre la mesa el nombre de Luis Basterra, un hombre de extrema confianza del gobernador formoseño Gildo Insfrán. Todos saben que Insfrán tiene aceitados contactos con Cristina Kirchner. Al final, Delgado perdió esa carrera ante Basterra.Oriundo de Coronel Suárez y doctor en finanzas especializado en finanzas rurales y licenciado en economía agropecuaria, a Delgado el presidente Fernández lo designó al frente de la intervención de Vicentin, la cerealera en concurso de acreedores con una deuda declarada de casi $100.000 millones. Por una operación, está siguiendo la intervención desde Buenos Aires, mientras que en Avellaneda, Santa Fe, está llevando la parte operativa su segundo, Luciano Zarich.¿Qué busca Delgado con su intervención? Según cuentan allegados a su equipo, está gestionando con tres objetivos: reactivar el funcionamiento, pagar sueldos y pagar a acreedores.Según señalan, el funcionario aceptó el lugar porque está convencido que una eventual quiebra no solo sería mala para los acreedores, productores y pymes, sino para el mismo sector agropecuario."Se pueden perder años de crecimiento del sector. Por eso, tiene muy claro que no va a hacer nada que perjudique aún más a esas personas", dice en su círculo íntimo.Cerca del equipo del funcionario remarcan que "no es una cuestión de ideología"...

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