Viaductos: las obras que cambiaron la rutina de los vecinos

Ellos son los vecinos que viven en aquellos barrios donde se construyeron, o se están por edificar, los pasos bajo nivel que buscan mitigar el caos vehicular en los cruces de las principales arterias y vías de la Capital. Algunos vecinos están conformes con los cambios, como una docente maravillada con un viaducto de Colegiales o un ciclista que ahora maneja más seguro. Y otros, en cambio, manifiestan su descontento: un calesitero a punto de ser desalojado y un comerciante resignado.Muchos de los que habitan en los puntos de la ciudad donde desde 2008 hasta hoy el gobierno porteño instaló 22 viaductos están satisfechos con las obras porque, dicen, contribuyen a mejorar el tránsito y a reducir los accidentes. Pero para otros, en su mayoría comerciantes y adultos mayores, los túneles perjudican las ventas en los negocios, dividen al barrio, son inseguros de noche y son difíciles de cruzar para aquellos con movilidad reducida.El ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chain, aseguró que las obras fueron pensadas para mejorar el flujo del tránsito en los barrios y, también, para disminuir el riesgo de accidentes y la contaminación, no sólo de gases tóxicos sino también sonora. "Los siniestros en los cruces se llevan, en promedio, una vida por día", explicó Chain. Y agregó: "Cada vez que se bajan las barreras, el bullicio de los autos genera una contaminación sonora que afecta directamente la vida de los porteños. Y de esta manera se eliminó ese problema".En 2015, la Ciudad sumará otros seis pasos bajo nivel, por los cuales desembolsará más de 450 millones de pesos. Dos de ellos ya empezaron a construirse: el de la avenida Constituyentes y las vías del...

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