Otra vez, complicidad judicial en un caso de corrupción

El hallazgo en el Aeroparque de una valija con 790.000 dólares en poder del ciudadano venezolano Guido Antonini Wilson, quien arribó en un avión con funcionarios argentinos y chavistas, fue, en 2007, uno de los primeros casos que se conocieron de corrupción del kirchnerismo. Otro caso contemporáneo fue el del pago de presuntas coimas y sobreprecios en la ampliación de gasoductos, conocido como caso Skanska. No es casualidad que luego de que el caso Skanska se haya evaporado al considerar la Justicia que las pruebas no eran concluyentes, el de la valija de Antonini Wilson pueda correr ahora una suerte similar si la Justicia determina que se encuentra prescripto. El tema se encuentra en la Corte Suprema de Justicia.

La fiscal ante la Cámara de Casación, Gabriela Baigún, recurrió ante la Corte la decisión de la Sala II de esa cámara que en febrero pasado consideró inadmisible un planteo del fuero penal económico que procuraba impedir la prescripción de la causa. Para Baigún, la Sala II de Casación se equivocó y por eso ella presentó el recurso para que la Corte decida si la investigación debe mantenerse abierta.

La Sala II, integrada por los jueces Alejandro Slokar, Ángela Ledesma -ambos cercanos al oficialismo- y Pedro David, recibió el expediente en agosto de 2012, luego de que la Cámara en lo Penal Económico resolvió que la maniobra que intentó el empresario venezolano no podía encuadrarse como contrabando, sino como un eventual lavado de dinero, que tiene una pena menor que la del contrabando y, por lo tanto, prescribe antes.

La Sala II debía decidir si el delito constituyó contrabando o lavado de dinero y si prescribió o no, pero sus camaristas demoraron nada menos que dos años y medio para llegar a la conclusión de que la...