Veredas amigables: cada vez más comercios adornan el espacio público

Cada vez más comerciantes porteños embellecen las con pequeños detalles, de confección sencilla y colorido impacto, como banderines, guirnaldas, flecos y farolitos. Los adornos saltan fácilmente a la vista de los vecinos, que, según coinciden los testimonios, perciben un paisaje alegre y amigable.

Con el doble propósito de llamar la atención de potenciales clientes y de sumar un plus de "buena onda" al barrio que los acoge, comerciantes de Palermo, Colegiales, Núñez, Villa Urquiza y Once iniciaron esta , que se va expandiendo por la ciudad.

"Yo amo los colores. Primero puse macetas, pero me las rompieron. Entonces pensé en algo barato y colorido. Y así surgieron los flecos, distribuidos en tres cordones que van desde el frente hasta el poste de luz. Me gustó ponerle un poco de onda", explicó Silvina Biondi, del local de ropa Dale Juana, situado en Villa Urquiza, al 2300 de la calle Bauness.

"Me parece buenísimo. Por el barrio, en un radio de pocas cuadras, varios negocios tienen diversos adornos en las veredas. Ponen una pausa al cemento y ocupan apenas espacio, se integran bien al ambiente. No resultan invasivos como una marquesina enorme, al menos para mí", dijo Alejandra Cutner, vecina de Villa Urquiza.

Efectivamente, sólo en el polígono delimitado por Blanco Encalada, Andonaegui, Olazábal y Triunvirato existen varias tiendas, del rubro textil y una casa de yoga, que colocaron banderines, guirnaldas y flecos de colores en sus frentes.

Camboya, un local que vende ropa, accesorios y decoración étnica en Palermo, sorprende con un cantero en el que se instalaron faroles de diversos colores, iluminados desde el interior. Cuelgan de postes insertados sobre una base y se retiran durante las horas que el negocio permanece cerrado.

"Abrimos hace unos tres años y la cuadra tenía muy poco movimiento, recién ahora empieza a mejorar. Si bien por un lado la idea fue llamar la atención mediante algo lindo, no todos los que se acercan entran a comprar. Eso sí: de 10 personas que pasan, siete se sacan fotos junto a los farolitos", detalló Nechu, que atiende el local situado en la calle El Salvador, a metros de Gurruchaga.

La mujer admitió que, primero, había "vestido" el árbol de la puerta con tapices, pero que, por una denuncia ante la comuna 14, debió retirarlos. Entonces, eligió esta otra forma, que ha sido bien recibida por los vecinos y transeúntes.

La normativa vigente prevé, desde la ley de arbolado urbano (N° 1556), la prohibición de "fijar...

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