Los verdaderos motivos del asesinato de Aramburu

En marzo de 1979, el semanario italiano Osservatore Politico investigaba las posibles vinculaciones entre el secuestro y asesinato del general Pedro Eugenio Aramburu, en 1970, y el del presidente de la Democracia Cristiana de Italia, Aldo Moro, así como la organización que podía estar detrás de ambos crímenes. Ese mismo mes, Carmine "Mino" Pecorelli, director de la revista, fue asesinado en su automóvil a la salida de la redacción. La cronista a cargo de aquella investigación, Cristina Nosella, declaró como testigo ante el destacamento de Carabineros de Roma y aportó los borradores de sus notas sobre el tema. También entregó recortes de diarios acerca del juicio en ausencia en Roma a cuatro miembros de Montoneros: Fernando Vaca Narvaja, María José Fleming -su mujer-, Eduardo y Teresa Sling Gerl. Dos años antes, la policía ingresó en el departamento que ellos alquilaban en la capital italiana, pero el grupo había sido advertido y salió tan rápidamente que dejó varias pistolas, municiones y pasaportes robados a Francia.

Fleming, quien no alcanzó a recibir el aviso, llegó cuando estaban los policías y argumentó que el departamento era prestado. A pesar de las armas y del contrato de alquiler a su nombre, la dejaron ir. Los diarios de Italia reprocharon la complicidad policial.

Cuando la periodista volvió a su casa después de la declaración, fue amenazada por teléfono. Diez días antes, le habían desconectado la batería de su automóvil, le inutilizaron los frenos y le robaron el grabador.

La trama oculta de la historia habría de confirmar la hipótesis del Osservatore Politico.

Hacia 1970, Aramburu ya había morigerado mucho su antiperonismo. En cambio, detestaba los planes de permanencia en el poder sin plazos del general Juan Carlos Onganía, quien gobernaba la Argentina tras el golpe contra Arturo Illia, en 1966.

Aramburu pensaba que las Fuerzas Armadas en el gobierno se corrompían y lideraba una corriente, en el Ejército, cuyo objetivo era desplazar a Onganía y llamar inmediatamente a elecciones. Tiempo atrás, había amasado la idea de un peronismo sin Perón. Se apoyó, entre otros peronistas, en Augusto Timoteo Vandor, un fortísimo dirigente del gremio metalúrgico; pero Vandor fue asesinado por un grupo que después se convirtió en Montoneros, guiado por Dardo Cabo, hijo de un empleado de estrecha confianza del gremialista.

Los "protomontoneros", quienes acusaban a Vandor de colaboracionista, no lo mataron cuando él pactaba con Onganía, sino una...

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