Verano presidencial: una pausa necesaria, que siempre desata críticas y reproches

Las vacaciones de los presidentes siempre quedan envueltas en críticas y reproches. Molesta que se tomen mucho tiempo, que lo hagan muy seguido o cualquier cosa que los muestre lejos del día a día en un país que siempre parece necesitar a alguien al pie del cañón. Y Mauricio Macri no es la excepción.

El descanso que Macri comenzó el 25 de diciembre en un exclusivo country de Villa La Angostura y que concluye pasado mañana generó cuestionamientos en algunos sectores de la oposición y calentaron la discusión en las redes sociales. La ex presidenta Cristina Kirchner, por ejemplo, fue una de las primeras, cuando el 27 de diciembre chicaneó en Telegram al mandatario por estar "de vacaciones hasta el año que viene" mientras se anunciaba el despido de Alfonso Prat-Gay del Ministerio de Hacienda y Finanzas. Pero ella también recibió lo suyo, en 2007, cuando se tomó una semana en El Calafate a escasos días de haber asumido la presidencia.

Como todos los cargos que conllevan una cuota alta de tensión, ocupar la primera magistratura puede catapultar los niveles de estrés hasta las nubes, alterar el comportamiento y generar problemas de salud. Hasta tal punto que a mediados de 2015, la revista científica British Medical Journal publicó un estudio hecho por profesionales de las universidades de Harvard y Massachusetts que afirmaba que los presidentes vivían en promedio 2,7 años menos que el resto de los mortales. El "envejecimiento acelerado" por el desafío de conducir los destinos de millones de personas figuraba en las primeras causas. Basta con el tentador ejercicio de ver las fotos de los mandatarios al asumir y al dejar el cargo para comprobarlo.

Por eso, en estos casos los especialistas aconsejan combatir el cansancio acumulado con descansos breves y esporádicos para conservar los niveles de eficiencia. ¿Qué mejor para los mandatarios, entonces, que una escapadita a sus "lugares en el mundo"?

En sus últimos viajes de descanso, Macri dejó en claro que la Patagonia es lo suyo. Esta vez alojado en el country Cumelén, en Neuquén, el mandatario pasa sus días con la primera dama, Juliana Awada, y su hija Antonia entre canchas de tenis, un campo de golf de 9 hoyos y paseos en barco partiendo desde el muelle propio a orillas del Nahuel Huapi. Todo rodeado de más de 30 hectáreas de arrayanes y araucarias. Y de algo de política también, aunque parte de su equipo aprovechó para descansar.

"Nunca estoy de vacaciones", respondió Macri hace unos días a los...

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