Venezuela, entre las cenizas y la posibilidad de resurgir

Desde la asunción de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, al amparo de la Constitución, la tensión en ese país viene alcanzando grados extremos. Marchas y contramarchas ganan la calle, con su secuela de muertos y heridos. Los apoyos internacionales tácitos o explícitos adquieren suma relevancia y el peso de cada decisión de uno y de otro bando se agiganta. Periodistas de distintas nacionalidades que cubren la dificilísima situación del país fueron detenidos por el régimen de Nicolás Maduro en los últimos días; algunos, deportados a sus países de origen.Como una de las últimas embestidas inhumanas de Maduro se inscribe el bloqueo que el chavismo ha hecho con la asistencia procedente de Colombia. Tropas de la Guardia Nacional impidieron el paso de la ayuda humanitaria, mientras gran parte del pueblo de ese país padece hambre, desnutrición y no puede atender su salud ante la falta de medicamentos.El papa Francisco, como ocurrió hace dos años, ha vuelto a demostrar su preocupación por la situación venezolana. Con anterioridad, la Conferencia Episcopal de ese país había calificado a Maduro de "ilegítimo y moralmente inaceptable", en tanto que había advertido que el argumento de la conciliación promovido por el Vaticano fue usado por el régimen para escapar en los últimos años de la presión opositora. En efecto, Maduro ha demostrado ya sobradamente que no está dispuesto a cumplir con nada que implique el compromiso de someterse a un diálogo serio y duradero.Hay analistas que refieren a la influencia de unos 22.000 cubanos que sostienen militarmente el poder y que se suman a otros tantos integrantes de las FARC y del ELN colombiano, cuya salida del país también eventualmente se complicaría. Incluso, se habla de presencia de un incierto número de terroristas de Hezbollah que tampoco tienen forma inmediata de abandonarlo. Sumado todo esto a una extendida trama de narcotráfico y delincuencia transnacional, que se adueñó del poder político y militar, no se trata simplemente de negociar la salida de un dictador, sino de una estructura político-social que a lo largo de 20 años de gobierno ha apoyado interesadamente y para su propia supervivencia una invasión encubierta del propio territorio.Las razones para el apoyo de secotres de las Fuerzas Armadas a Maduro se asocian con la necesidad de no perder la inmunidad penal de la que gozan. Basta recordar que militares de alta graduación están en la mira de los Estados Unidos por su complicidad...

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