Se vence hoy el ultimátum de Rajoy a Cataluña, que no dio pistas de su decisión

MADRID.- Por la vía del diálogo o por la del choque. En la mayor de las incertidumbres, los españoles asisten hoy a la cuenta regresiva que determinará por cuál de los dos mecanismos se define el desafío independentista catalán.

Anoche, no había pistas ciertas y eso mantenía viva la peor de las posibilidades. Esto es, la intervención directa del gobierno central sobre la próspera región para, luego, llamar a elecciones formales.

En una tensión creciente, el temor es que una salida de ese tipo derive en choques sociales. Se sabe de la organización de "comités de resistencia popular" para hacerle frente.

Ante el silencio formal de autoridades tanto de Madrid como de Barcelona, analistas consultados por LA NACION mantenían en pie la posible salida con la aplicación del articulo 155 de la Constitución, que permite la intervención de una autonomía.

Nadie lo sabía a ciencia cierta y hasta el propio presidente catalán alimentaba anoche el misterio. "Lo que haremos será fundado en la paz y en la democracia", dijo Carles Puigdemont, sin dar pista alguna sobre lo que anunciaría hoy.

Fue su primera aparición pública desde que, el pasado martes, en una confusa sesión del Parlamento regional, teatralizó una ruptura con el Estado español para luego suspender sus efectos e "iniciar una negociación".

Desde entonces, Cataluña es un polvorín. En lo económico, se disparó una inédita fuga de empresas y capitales. En lo social, miles de personas salieron a la calle para pedir "sentido común" y frenar un camino independentista "que lleva al abismo".

En lo político, la difícil alianza que mantiene a Puigdemont en el poder dio muestras de fisura. Nadie quedó contento: los sectores más radicales le pidieron que declare "ya" la independencia y que la mantenga. Los más moderados, en cambio, vacilan y temen seguir adelante. Puigdemont se juega su destino entre esas dos tensiones y no hay manera de que quede bien. A esta hora, su futuro político pende de un hilo ya muy delgado.

Madrid no podía quedar al margen. Con el respaldo de la mayoría de las fuerzas de...

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