Veinte años gracias a ustedes

Una tarde atendí el teléfono de mi casa (los celulares apenas despuntaban). "Hola, Soy Carlos Fresco, de LA NACION. Estamos por lanzar un suplemento y necesitamos alguien que escriba de motos". Y aquí estoy, 20 años después del primer número de Autos y motos, el 3 de mayo de 1996, escribiendo este editorial de Al volante, el adulto en el que se convirtió aquella criatura.

En aquellos primeros tiempos, los Clasificados del diario se vistieron con información de temas variados; por lo general, con espacios en la tapa y la contra. Los viernes era nuestro turno para ofrecer, como rezaba debajo del nombre, "Novedades técnicas, impresiones de manejo, Costo por kilómetro, Presentaciones, Documentación del automotor".

La criatura creció. En el camino quedó el y motos para llamarse sólo Autos; siempre como portada de los Clasificados hasta que, en 2003, cobró identidad propia con nuevo formato (tabloide) y el nombre Al volante, con el que, años después, nos mudamos a los sábados.

En toda comunicación hay un emisor y un receptor. Ninguno puede existir sin el otro. Por eso, el primer agradecimiento por estos 20 años del suplemento de autos de LA NACION es para los lectores, sin los que este trabajo no tendría el menor sentido.

De este lado del mostrador, el agradecimiento es...