Lo que se ve desde la Plaza de la República

París.-Desde su puesto de crêpes y galettes con vista a toda la Plaza de la República, el griego Giorgos lo ve todo. Ve a los skaters que se reúnen a hacer piruetas cerca del monumento rodeado de flores, de velas y de carteles, homenajes a las víctimas de los atentados. Ve a los manifestantes que desde hace varias semanas se instalan o llegan hasta esta plaza en protesta contra la reforma del código del trabajo, que pretende flexibilizar y dinamizar el mercado laboral. Y ve también todos esos camiones de la policía que casi diariamente aparecen para prevenir desbordes y evitar grandes concentraciones, prohibidas porque aquí rige un estado de urgencia decretado en noviembre y aún vigente.

Al lado, en el café Republique, los clientes observan en primera fila cómo cambia la plaza según el momento del día y según quien la use.

El lugar es escenario de todo y de lo más diverso. Convertido en espacio de conmemoración desde los atentados, es adonde se acercan aquellos que quieren renovar los homenajes o mirar de cerca este nuevo capítulo de la historia. Es también un excelente terreno para los adeptos a la patineta: la gran explanada les permite deslizarse y saltar durante horas, hasta transpirar. Es zona a evitar (o a ir) cuando se quiere reclamar en defensa de los derechos adquiridos de los trabajadores. Y es el plató de una película de ciencia ficción, o de batalla, cuando se ven llegar a las fuerzas del orden vestidas como Robocop.

Convulsionada y a la vez de pie, esta Plaza de la República que todos usan hasta el cansancio es sintomática de un espíritu más generalizado que se vive en la rive droite, una especie de laboratorio en donde conviven diferentes escenas. En los alrededores del Panteón, Saint Germain o el parque de Luxemburgo, zonas centralizadas como la rive gauche, no suele haber marchas ni grandes cambios en el...