Vaivenes de una causa por tráfico de bienes con colores políticos

Durante la reapertura de salas del Museo de Bellas Artes, el sábado pasado, Cristina Fernández de Kirchner anunció la restitución a los gobiernos de Ecuador y Perú de "más de cuatro mil piezas de arte". En el mismo acto, y por cadena nacional, afirmó, además, que esa era una acción absolutamente extraordinaria. "En el día de la fecha, estamos haciendo algo totalmente inusual, yo diría casi inédito, no solamente en América latina, seguramente que sí, sino en el mundo: restituyendo patrimonio cultural a otros países."

La Presidenta se refirió entonces a unos 4300 objetos arqueológicos ingresados ilegalmente en el país, que Interpol incautó en varios domicilios particulares y comerciales entre 2000 y 2007. Y devolver estas piezas a su origen legítimo no es tan inusual ni tan inédito: sin ir más lejos, este mismo Gobierno y , a los mismos países (Perú y Ecuador, respectivamente).

Ayer, a pedido de LA NACION, el Ministerio de Cultura de la Nación mostró a algunos medios de prensa el proceso de embalaje de esos artículos. Custodiados por un agente de la Aduana y otro de Interpol, cuatro arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (Inapl), entre los que se cuenta su directora, Diana Rolandi, trabajan en esta misión. Ellos dedican tres jornadas laborales completas a la semana para preparar el envío de los objetos que conservaban en los depósitos del Inapl desde hace años.

El trabajo es duro, pero los profesionales lo disfrutan. No es para menos. Son vasijas, morteros, vasos, pipas y otros elementos usados para festividades o ceremonias en los últimos siglos antes de Cristo y los primeros de nuestra era. Los más antiguos: cerámicas de la cultura valdivia, de Ecuador, del año 3000 a.C. También hay representaciones de las culturas peruanas chavin, cupisnique, moche, nazca, chancay, inca. Y de chorrera, tuncahuan, y también inca, de Ecuador.

Según informó Rolandi, el proceso por el tráfico ilícito de bienes culturales incluye 3825 piezas pertenecientes a Perú y unas 500 a Ecuador, además de más de 10.000 paleontológicas.

La causa quedó impune...