Urgencias y razones de un fracaso

El fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate, admitió que el resultado, es decir, la culminación de la desaparición de Candela Rodríguez en un http://www.lanacion.com.ar/1402424-conmocion-e-indignacion-por-el-asesinato-de-candela , es una prueba del http://www.lanacion.com.ar/1402529-en-el-caso-de-candela-fallo-la-investigacion-electronica del sistema de investigación penal bonaerense.Tal afirmación parece tanto un mea culpa como un reclamo: en las actuales circunstancias, sin cuerpos propios de detectives en condiciones y número suficiente como para encarar investigaciones autónomas con estricto control de un fiscal, el Ministerio Público, que en Buenos Aires encabeza la acción penal, depende de lo que la policía le lleve. La policía es parte del gobierno, no del Poder Judicial.En este caso, los que dieron la cara fueron Nieva Woodgate y el fiscal al que le tocó dirigir el caso: Marcelo Tavolaro. Ayer, el jefe de los fiscales de Morón dio claros indicios de que el desenlace no había dejado a la Justicia y a la policía en la misma vereda.El primer indicio fue su enojo por la http://www.lanacion.com.ar/1402461-el-padre-de-candela-habria-reconocido-una-voz-en-un-llamado-extorsivo ?una de los miles de llamadas que se recibieron en el caso?, casi paralelamente con la confirmación del hallazgo del cadáver.Esa misma escucha, en realidad su sentido y real peso en el curso de la investigación, también puso al fiscal general y a la policía en lugares disímiles. Nieva Woodgate relativizó su valor probatorio e, incluso, insistió en que el padre de la víctima, presuntamente el destinatario de la exigencia que se desprende de la llamada del hombre aún no identificado, había negado enfáticamente cualquier deuda que pudiera explicar semejante reclamo.Y, aunque después de muchas pasadas, el padre de Candela dijo que la voz del teléfono le resultaba conocida, sostuvo que, en todo caso, ese que él creía que podía ser no tenía ningún motivo para hacerle un mal así.La urgente filtración del audio de la escucha en los canales que seguían en vivo el cruento desenlace mostró instantáneamente la idea de que había una exigencia que, a diferencia de un secuestro extorsivo tradicional, no se refería al pago de un rescate sino, ante todo, a la devolución de algo que el padre de la víctima tenía sin que le correspondiera tenerlo. Lo que se llama en la jerga "un ajuste de cuentas".Si Nieva Woodgate se enojó por la filtración, es viable creer que ni él ni los fiscales fueron...

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