Urge sancionar la ley de mercado de capitales

El trámite legislativo del proyecto de ley de mercado de capitales, formalmente denominada ley de financiamiento productivo, lleva varios meses desde su envío por el Poder Ejecutivo al Congreso. Luego de recibir media sanción en la Cámara de Diputados, recibió modificaciones en el Senado, que ahora deberían convalidarse en la Cámara baja. Lamentablemente, su tratamiento ha sufrido demoras a pesar de preverse una mayoría suficiente para su aprobación. En efecto, no hay ningún acuerdo en la oposición con suficiente número para evitar su tratamiento, sino que la demora resulta de la prioridad otorgada a otros debates.

No se dimensiona debidamente el daño ocasionado por esta postergación en momentos en que la Argentina está críticamente necesitada de inversiones e instrumentos eficientes en el mercado de capitales.

Tanto la bancarización como la participación del mercado local de capitales en la inversión interna muestran proporciones escuálidas en comparación con las de otros países similares. La sanción de esta ley puede ser considerada una condición para que entidades internacionales recalifiquen a la Argentina, permitiendo su paso de economía "de frontera" a "emergente". Esto posibilitaría el acceso a condiciones de financiamiento sustancialmente mejores para la tan necesaria inversión directa. Basta mencionar la importancia para el Gobierno de una respuesta crediticia adecuada en los proyectos de participación público-privada (PPP).

El desequilibrio fiscal heredado por el gobierno de Macri lo ha obligado a recurrir al crédito en magnitud tal que, inevitablemente, le restó espacio al sector privado. La salida del cepo y el arreglo con los acreedores hizo posible al gobierno nacional y a las provincias retornar a los mercados internacionales de deuda y capital. En estos primeros dos años esa demanda se orientó al crédito externo, pero el desplazamiento del sector privado se produjo de todas maneras. En efecto, los dólares obtenidos por el Estado argentino debieron ser adquiridos y transformados en pesos por el Banco Central. El mercado de cambios doméstico no hubiera podido absorber esas cantidades sin un desplome inconveniente de la cotización de la divisa. Pero la emisión en exceso hasta los límites del programa monetario debió absorberse colocando letras de plazos cortos (Lebac), con elevadas tasas de interés exigidas por el mercado para suscribirlas. Este ha sido el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR