Con la única ilusión de ser atleta olímpico

En toda buena historia siempre hay protagonistas, personajes que tienen papeles centrales. Y están también los otros, los que cumplen roles menos fulgurante. Ambos, pese a todo, son importantes, por impactante o pequeña que sea su prestancia en el relato. Los Juegos Olímpicos también necesitan de personajes alternativos. ¿Por qué? Primero, porque también sobre ellos se apoya el espíritu de participación universal. Así lo dispone la Carta Olímpica, que quiere que todos los comités tengan representación. En Atenas serán 202 naciones, una marca nunca antes alcanzada.

Es por eso que el Comité Olímpico Internacional se reserva invitaciones para los países que no logren la clasificación de representantes. El caso más recordado es el de Eric Moussambani, de Guinea Ecuatorial, que casi se ahoga en una de las eliminatorias de los 100m libre en Sydney 2000. La suya fue una historia que refleja ese sentimiento de inclusión imperante.

Pero la competencia también los necesita. No son protagonistas los 10.500 deportistas que participarán de la justa; se requiere de los que no lo son, también, para darle entidad a la disputa por la gloria.

Las invitaciones, entonces, no son la única forma de que dispone el COI para atraer más competidores. En atletismo y natación, por caso, hay marcas A y marcas B. Las primeras son de gran calidad deportiva y autorizan a un mismo país a presentar más de un deportista en cada prueba; las B, en cambio, son de menor valía y sólo permiten a un atleta por nación.

El atletismo argentino es uno de esos casos en dependientes de las marcas B. Con excepción de Alejandra García, que consiguió el registro A en salto con garrocha, los otros siete representantes argentinos tienen la menor. Serán los otros personajes secundarios de una historia cuyo eje principal pasa por nombres más reconocidos.

¿Está mal que vayan? No, pero es discutible el aporte que le hacen al atletismo argentino y a sus propias carreras. En la mayoría de los casos ya demostraron que están muy lejos del máximo nivel mundial y sus recorridos deportivos de los últimos tiempos lo certifican. La razón esgrimida de "adquirir experiencia" en un gran torneo tampoco se cumple en este caso, ya que en esa categoría sólo entrarían Jennifer Dahlgren y, si...

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